Distingamos los medios de los fines

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El derecho comparado es una disciplina que permite conocer la diversidad de regulaciones existentes respecto a los temas públicos.

Los “expertos” confunden los fines con los medios, la gente común en cambio, distingue unos de otros, ahí está la clave del avance victorioso de la #Cuarta transformación.

Los debates como el que ahora impulsa el presidente de la república anunciando su propósito de impulsar la reforma constitucional que establezca la vía del voto ciudadano para elegir ministros de la SCJN, permiten que la gente descubra la ignorancia de los que “saben”. He conocido reacciones de profesionales del derecho que ignoran que así está establecido en varios países del mundo y que en México así lo dispuso la constitución juarista de 1857.

El derecho comparado es una disciplina que permite conocer la diversidad de regulaciones existentes respecto a los temas públicos. Llama la atención que mejor migrantes con suficiente tiempo de residencia en los Estados Unidos sepan que en algunos estados de la Unión Americana los jueces son electos por voto popular entre los que cumplen requisitos que garantizan el perfil profesional requerido.

El fin permanente es la justicia y la preservación del estado de derecho, el medio siempre perfectible es el conjunto institucional que encabeza la SCJN ¿Sirve o lo cambiamos?.

La banalización del debate se superará en la medida en que la gente reciba información que sustente cada posición, frecuentemente la discusión pública cae en simplificaciones extremas en los que se confunden los fines con los medios, como lo podemos constatar en el caso del INAI.

El fin que todos los mexicanos compartimos es el de que todos tengamos acceso a la información pública, el medio es el INAI.

Nadie cuestiona el fin, el motivo de evaluación crítica es el INAI, si es medio idóneo para el cumplimiento de dicho fin.

Caso idéntico es el del antes CONACYT y ahora  CONAHCYT, el objetivo de potenciar la investigación científica y desarrollo tecnológico es un fin que no cambia, lo que se somete a revisión es el medio diseñado para tal fin, lo mismo se aplica en lo referente al INE y en general a las instituciones públicas en la que cabe todo, absolutamente todo lo establecido para el cabal cumplimiento de funciones públicas, en esa exigencia de revisión permanente de lo público la razón de existir del poder legislativo, también objeto permanente de miradas revisoras.

La gente común y los “expertos”

Hasta hace poco tiempo la evaluación de los medios en relación a los fines para los que son creados era asunto de círculos reducidos de expertos convocados por el poder, la evolución democrática nos conduce cada vez más a que la revisión sea tema de todos los ciudadanos, por eso lo mejor que nos pasa es que los grandes temas nacionales ya no sean material de reflexión solo de los que leen los libros al respecto sino de los que se nutren de la información que emiten los simples mortales para consumo de simples mortales gracias al formidable progreso de las tecnologías de la información.

El debate se convirtió ya en la casa del jabonero en dónde el que no cae resbala, si alguien dándosela de experto emite opiniones absurdas se le notará de inmediato, si miente, su mentira durará poco.

Es perceptible la sensación de incomprendidos que se apodera de los “expertos” acostumbrados a pontificar sobre determinados temas sin que nadie, aparte de la realidad, les contradiga. Buscaron alarmar a los mexicanos con la “militarización” que según ellos implica la pertenencia de la Guardia Nacional a la SEDENA y las encuestas reflejan que la gente no les creé, como tampoco les creyó a los que junto con Lorenzo Córdova se dedicaron a denigrar la propuesta de reforma electoral que reducía el número de legisladores y el dinero público a los partidos políticos.

El debate, siempre bueno

Las encuestas que publican los mismos medios adictos a “expertos” reafirman la tendencia cuando miden las preferencias electorales del 2024. La gente sabe que el dólar no está a los 28 pesos que pronosticaban ni ven la catástrofe económica que pregonan, lo que si ven es que la moneda nacional es la que más se fortalece, que la inflación es de las mejor controladas del mundo, que la inversión extranjera establece récord tras récord y que la “dictadura” de López Obrador es tan especial que cualquiera dice de él lo que quiere en el tono que quiere.

Los conservadores se enamoran de los medios que conocen y confunden con los fines, la gente común experimenta en carne propia si un medio incumple la finalidad.

Si distinguimos los fines de los medios, la revisión de leyes e instituciones no tiene porqué ponernos al borde del infarto.

Nunca había sido democrática la discusión pública de lo público.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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