Colaborar, no competir

En los inicios de la fase más dura de la crisis sanitaria la otra crisis reclama atención, la economía. El oficio de gobernar ha perdido su glamour.

La primera providencia del gobernante es la de legitimar su mando porque las crisis irritan el ánimo social, en esa perspectiva los inevitables reajustes presupuestales tienen efectos políticos contundentes dada la imposibilidad de dejar contentos a todos.

La pretensión del reajuste es modesta porque el Gobernador hace cuentas sin hacer política, sin advertir la necesidad de legitimar su gobierno en los malos tiempos.

Zacatecas no podrá eludir por mucho tiempo la necesidad de bajar el costo de su gobierno, el futuro inmediato es de vacas flacas y la exigencia de racionalidad subirá de volumen.

La historia enseña que son más importantes la claridad de metas, la calidad organizativa y el liderazgo creativo que el dinero.

La firme decisión del Presidente de la República de reactivar la economía por un sendero distinto al acostumbrado abre una perspectiva muy buena si el gobernador del estado y los presidentes municipales deciden complementar y no competir con el Gobierno Federal, para lo cual hay que actuar con sentido de estado, el partidismo en la función pública es impertinente hoy más que nunca.

Convencido estoy que la enorme masa de dinero de los programas sociales y de créditos anunciados por el Gobierno Federal deja margen de maniobra al Gobierno del Estado y a los ayuntamientos para dejar de gastar en lo mismo y reorientar el dinero a la reactivación de la economía local del campo y la ciudad, leyendo correctamente la situación y cerrando filas los tres niveles de gobierno para evitar el uso electorero de los apoyos.

Pienso, a diferencia de lo que se escucha, que el colapso del turismo a nivel mundial puede beneficiar a Zacatecas potenciando la convocatoria a los mexicanos viajeros que no tendrán mucho ánimo de salir, para ello habrá que descentralizar la atracción turística aprovechando las atractivas singularidades de las regiones del estado, una campaña de revaloración de nuestras bellezas naturales, tradiciones y configuraciones urbanas de mucha estética animará a muchos zacatecanos a conocer su patria chica antes que París para empezar.

Los artesanos de la plata, la madera, el cuero la cantera y el barro siendo agentes estratégicos para fortalecer la convocatoria turística de la entidad, están en graves dificultades para seguir, requieren de respaldo financiero.

Desde antes de la crisis sanitaria los pequeños productores de lechuga, repollo, ajo y cebolla del sureste zacatecano enfrentaron la caída de los precios de sus productos resultándoles más caro levantar la cosecha que dejarla tirada, muchos de los involucrados tienen acceso a pensión de adultos mayores, becas paras sus hijos y otros beneficios pero necesitan respaldo financiero para sobrevivir como productores.

Informen y vigilen

La lista de oficios y actividades en peligro de extinción es prolija pero esta vez asistimos a una revaloración generalizada de las Pymes como lo acredita la enorme suma de créditos que el gobierno federal destina a los micro y pequeños empresarios formales e informales (son más los informales), tal revaloración de consolida con la inusual pero muy buena decisión del Banco de México destinado a inyectar recursos cuantiosos para ampliar el respaldo crediticio a los pequeños empresarios, así como la rebaja de la tasa de interés.

Lo anterior crea una buena perspectiva si entendemos un posible atorón: Un alto porcentaje de potenciales beneficiarios de créditos blandos puede ahogarse y no salvarse del naufragio por no saber a tiempo posibilidades, requisitos y ventanillas.

Así como el mejor modo de ayudar a la gente ante la pandemia es haciéndole saber lo que debe saber, en el caso de la economía el gobierno del estado y los presidentes municipales deben aplicarse en la difusión de las posibilidades de auxilio financiero al alcance del taquero, taxista, peluquero, abarrotero, etcétera.

Creo que se equivocan los gobernadores y presidentes municipales que ven en los programas sociales y apoyos concebidos para la crisis en una burda competencia por “haber quién da más”.

Mejor que informen y vigilen que todo sea derecho, el dinero es público lo entregue quién lo entregue.

Que se dividan el trabajo

Convencido estoy de que el asistencialismo es necesario debido a la desigualdad profunda pero la solución de fondo es dar vida a la planta productiva, un modo de conciliar las dos necesidades es dejar el asistencialismo al gobierno federal y reorientar los recursos públicos hacia la reactivación.

Es prioritario para el interés general acabar con la compra del voto desde las instituciones públicas, el paso decisivo para ese propósito fue convertir las dádivas en derecho constitucional pero mucho ayudaría ver en prisión a quienes insisten en hacerlo.

Nos encontramos el lunes en Recreo.

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