Castañeda vacunador

Jorge Castañeda es muy atendido porque alardea de un sentido muy práctico del que carece, se gana la vida como expositor de la realidad mexicana y la relación con Estados Unidos pero su paso como Secretario de Relaciones Exteriores lo mostró como un extremo incompetente que mucho dañó la imagen de nuestro país gracias a su obsesión de ganarse el beneplácito gringo para sus aspiraciones presidenciales.

Castañeda es uno de los que en las elecciones intermedias de 2021 se ilusionó con la idea de que el prianismo considerara perfiles como el suyo para los cargos plurinominales en diputaciones y senadurías, pronto descubrió que las burocracias partidistas no sueltan esos espacios ni a intelectuales famosos ni a la “sociedad civil”.

Al inicio del proceso abogó por convertir en argumento electoral cada muerto, cada desaparecido, su recomendación ha sido cabalmente atendida al grado de que se escogió Fresnillo nocturno para iniciar la campaña, la interpretación de que eso fue una demostración de “muchos ovarios” de la candidata corrió a cargo de los medios de comunicación insertos en la estrategia.

Esta semana compartió foro con Héctor Aguilar Camín y el anfitrión televisivo Leo Zúkerman y ante el asombro de ambos abogó por una guerra sucia en serio contra Claudia Sheinbaum, claro, sin dejar en el olvido a López Obrador.

La incontinencia verbal de Castañeda aporta un material de primera clase para que los mexicanos sepamos que armas porta cada contendiente y de ese modo vacunar a la ciudadanía.

La última encuesta de encuestas, que se obtiene de promediar resultados entre varias de las calificadas como serias, refleja que no cumplió su propósito la trama urdida por la DEA con la colaboración del NYT y los anónimos patrocinadores de bots, lo que da cuenta de que el dinero gastado en ese empeño fue tirado a la basura

Tiro por la culata

Estoy convencido que el prianismo hizo una muy mala apuesta al no tomar en cuenta que el tema de la seguridad es una fortaleza de Claudia Sheinbaum tan contundente, que su principal responsable, Omar García Harfuch ganó la encuesta para jefe de gobierno de la Ciudad de México y que por cuestión de género cedió a Clara Brugada la posición.

Otro elemento a considerar es que la oposición prianista, al poner en la vitrina el tema de la seguridad, hará que el equipo de Claudia Sheinbaum divulgue exhaustivamente los buenos números de su gestión en lo referente a la disminución de los delitos y de la percepción de inseguridad.

En todo país en que la delincuencia se desborda se generan dos reacciones, la que busca enfrentar los efectos atendiendo las causas y la que solo se concentra en los efectos, la primera da lugar a reformas sociales de largo aliento y la última a represión con mano dura.

Brasil bajo la dictadura creó los “Escuadrones de la muerte” integrados por agentes policiacos que durante su tiempo libre ejecutaban a delincuentes en los barrios pobres, en esa visión de la delincuencia, la tortura se convierte en herramienta legítima de quienes alegan defender a la sociedad de sus malos elementos.

Bukele, presidente del Salvador, es aclamado por quienes creen en la mano dura, pero él no es el inventor del modelo consistente en hacer de cada cárcel un infierno, prisiones como la de Belem, Islas Marías, Lecumberri son ejemplo de ese modo de concebir el trato a los que delinquen, la aplicación de la “ley fuga” es una práctica extra judicial de enorme tradición en el mundo y en nuestro suelo, pero eso nunca ha solucionado el problema.

El debate de fondo entre Claudia y Xóchitl deberá dilucidar cuál de estas grandes orientaciones debemos asumir para enfrentar el flagelo de la delincuencia, si asumimos que la mejor respuesta es una “cárcel con tecnología” o un conjunto de políticas que cancelen los motivos que llevan a muchos a tomar el camino del delito.

Chismes, no proyecto

Percibo una gran incoherencia en el bloque político que al mismo tiempo que demanda mano dura y ridiculiza la expresión de “abrazos, no balazos” cuándo al mismo tiempo promueve la cancelación de la prisión preventiva oficiosa para dejar a los jueces la tarea de resolver en cada caso ¿Queremos mano dura o no queremos mano dura?

El desparpajo con el que Jorge Castañeda nos revela la estrategia de convertir en bandera política cada muerto o desaparecido opera como vacuna.

Su encendida defensa de la guerra sucia nos prepara contra lo que pueda venir, en ese sentido, ahora sabemos que intrigas y chismes serán la materia prima de una campaña que no atina a ofrecer proyecto alternativo de nación.

La derecha realista sabe que perdió la pelea antes de empezar.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@[email protected]