Cambio de contexto

Los 13 gobernadores que dejarán de serlo en el 2021 vivirán la condición de “ex” en un contexto distinto a los de sus antecesores, la combinación de los cambios tecnológicos con cambios jurídicos y políticos ha hecho trizas el andamiaje de impunidad, ya ni el Presidente de la República puede proteger allegados. Los gobernadores, presidentes … Leer más

Los 13 gobernadores que dejarán de serlo en el 2021 vivirán la condición de “ex” en un contexto distinto a los de sus antecesores, la combinación de los cambios tecnológicos con cambios jurídicos y políticos ha hecho trizas el andamiaje de impunidad, ya ni el Presidente de la República puede proteger allegados.

Los gobernadores, presidentes municipales, rectores de universidades públicas, legisladores, integrantes del Poder Judicial y titulares de órganos autónomos, así como los funcionarios que ejercen recursos públicos ya no vivirán “las facilidades” del pasado debido a procesos en curso que muchos no advierten.

No reparan en que los avances tecnológicos están renovando los procesos de fiscalización, en estos momentos la UNAM y la Auditoría Superior de la Federación conjuntan esfuerzos para que los egresados de la nueva carrera llamada “Ciencia de Datos” aporten los algoritmos para que las auditorías ya no se hagan a partir de muestreos sino que cubra todo el universo fiscalizado, de ese proceso se espera el abatimiento de costos de la operación porque ya no se apoyará en el desplazamiento físico de auditores al alcance de presiones y sobornos, dicha innovación tecnológica nos ahorra burocracia “anticorrupción”.

Las leyes que conforman el Sistema Anticorrupción contienen muchas disposiciones de las que estuvieron exentos sus antecesores, para citar solo una, la ampliación del plazo de prescripción de 3 a 7 años, (en mi paso por la legislatura local presenté la iniciativa de reforma constitucional y legal cancelando prescriban, como en varias democracias avanzadas y como recientemente se aprobó en Perú).

Otro elemento de cambio lo constituye la autonomía de las fiscalías, con este cambio se le propinó un golpe mortal a los pactos de impunidad que tuvieron como ejes centrales de sus respectivos ámbitos al Presidente de la República y gobernadores.

La disolución de los pactos de impunidad es un largo proceso que mostró su potencial cuando Peña Nieto no pudo proteger a Javier Duarte siendo Presidente de la República, mucho menos a Rosario Robles, Juan Collado y Lozoya Austin, no es un fenómeno de ingratitud humana, es fruto de una evolución institucional paso a pasito, lo que resulta catastrófico para los atenidos a una protección que ya no podrán recibir, la supresión total de todos los fueros sería la culminación idónea de este proceso, a los futuros “ex” les cambió el contexto.

La impunidad en retroceso

Ocasiones hay en que un cambio de contexto potencia el éxito de gobernantes y otras veces los pone contra la pared. Los que gobernaban cuando a México lo envuelve el auge petrolero cuyos dividendos Fox repartió sin controles idóneos a los estados tuvieron el modo de lucir como grandes gobernantes.

Caso contrario es el súbito cambio de contexto cuando se propaga el “efecto cucaracha” y la expansión del crimen organizado metió en un predicamento a los gobernadores.

De manera gradual pero contundente, se ha creado nuevo contexto para los exgobernantes y que ya está en el orden jurídico aunque deficientemente asimilado por muchos de los que ahora gobiernan con el desparpajo que hasta hace poco no acarreaba consecuencias, en la misma dirección, la desinformación respecto a las evoluciones tecnológicas aplicables a la fiscalización pueden desembocar en amarguras evitables con honestidad y eficacia.

En Zacatecas hemos vivido décadas de impunidad por encima de la vivida en otros estados originada en la prolongada tardanza en remediar la declaración de inconstitucionalidad de la ley de responsabilidades y en la ausencia de voluntad política para enfrentar la corrupción, durante prolongado tiempo no resarcieron recursos quienes debieron hacerlo y muchos de los que en tiempos pasados incurrieron en conductas punibles se han dado el lujo de mantenerse en la vida pública, las nuevas facultades de la federación para asomarse a las entrañas locales deberán disuadir a los que suponen que todo es como antes.

La tibieza que aprisiona

Es incomprensible la decisión de Tello de no emprender la lucha contra la corrupción local apoyándose en el presidente López Obrador, al que implícitamente descalifica cuando declara que “No gobierno con ocurrencias ni por capricho”, frase entendible en Fox el iracundo pero impensable en un gobernador de cualquier partido con sentido común.

Tello gobierna inmerso en la soledad política, el vacío que deja una legislatura que le pide lo que la legislatura le puede ordenar a la Auditoría Superior del Estado es la mejor evidencia de que gobierna sin soporte institucional.

La única fórmula que ha puesto en práctica para tener actores políticos a su lado es darles empleo, los cambios que introduce lo debilitan por la obviedad de la intención electorera que a lo mejor ni suya es.
Su debilidad nos hace débiles a todos.

Nos encontramos el lunes en El Recreo




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