Adictos al dinero en abundancia

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Hay quienes sostienen que hay que pagarles muy bien para que no tengan necesidad de corromperse, pero se equivocan de cabo a rabo.

¿A quién le sorprende que la SCJN suspenda la eliminación de sus 13 fideicomisos que con los sobrantes de su presupuesto anual fueron engordando?

Si han sido capaces de incumplir la disposición constitucional que les prohíbe ganar por encima del presidente de la república, es porque el incentivo mayor de su elevado cargo estriba en el dinero en abundancia que reciben y no en el del deber cumplido.

Hay quienes sostienen que hay que pagarles muy bien para que no tengan necesidad de corromperse, pero se equivocan de cabo a rabo, el dinero es una droga más adictiva que el fentanilo y quien lo recibe en grandes cantidades, se expone a incubar la necesidad de recibir más y más, por eso el dicho de que entre más tienen más quieren ¿Cuántos ricos hombres de negocios en el mundo cometen fraudes movidos por la avaricia?

Así como se reconoce que la más brillante vida parlamentaria de México tuvo lugar durante mediados del siglo XIX, nuestro máximo tribunal constitucional brilló como nunca después, durante ese mismo período, cuando la independencia judicial se fincaba en el voto ciudadano conforme al sistema electoral vigente para los tres poderes.

Después, el porfiriato (luego el régimen surgido de la revolución) sometió a la SCJN a la voluntad del poder ejecutivo (sometimiento continuado por los gobiernos panistas).

En el último tercio del siglo pasado inició un descomunal ascenso de las remuneraciones políticas de regidor para arriba al mismo tiempo que la actividad electoral convierte al dinero en el insumo más importante, todo ello gestó élites burocráticas adictas a privilegios que producen irritación general.

Coludidos para preservar excesos

El gobierno que empezó en 2018 puso en marcha una política de contención de privilegios que encuentra su más enconada resistencia en la cabeza del poder judicial y el poder judicial con la SCJN a la cabeza, encabeza la resistencia a la política de austeridad otorgando amparos a la élite dorada muy bien representada por Lorenzo Córdova y similares porque al protegerlos a ellos se protegen así mismos.

La inmoral táctica de solicitar un presupuesto anual superior al necesario que practican los ministros les otorga protección a otras instituciones que hacen exactamente lo mismo, piden más de lo que necesitan y lo meten a fideicomisos como lo ha hecho el INE y otros órganos de estado.

Para no ir más lejos, en Zacatecas, ni el poder legislativo local ni el judicial devuelven lo que les sobra, inclusive este último dispone de los intereses bancarios de multas y fianzas para financiar seguro médico de gastos mayores y en el caso de los legisladores se introdujo el hábito de repartir entre todos lo sobrante y hasta crearon el concepto de ”economías” para darle un barniz de legalidad.

Por defender sus propios privilegios, los ministros son eficaces protectores de los bastiones de corrupción enquistados en las estructuras públicas y en ese camino coinciden en intereses con el bloque legislativo integrado por el PRI, PAN, PRD y hasta ahora MC , poniendo en práctica el esquema táctico consistente en que lo que pierden en votaciones legislativas lo recuperan litigando ante la SCJN a partir de que disponen del tercio para interponer recursos de inconstitucionalidad, de ese modo, la SCJN hace alianza explícita por la fuerza opositora liderada por Claudio X para bloquear desde obras de infraestructura hasta la eliminación de los dichosos fideicomisos cuyo destino aceptado por la ministra presidenta sería la reconstrucción de Acapulco.

El poder judicial es políticamente diverso e ideológicamente plural, en su seno hay quienes se oponen a la corrupción y los privilegios, pero en la cima es dónde se toman las decisiones y es donde el incentivo perverso del dinero en abundancia causa estragos al interés general.

Dos visiones

En al proyecto de continuidad que encabeza Claudia Sheinbaum participan juristas de la talla del ministro en retiro Arturo Saldívar y Bernardo Bátiz, así como prestigiados miembros del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM, de ellos se espera un proyecto renovador del poder judicial independiente y profesional.

“Entre abogados te veas” expresión coloquial con la que se externa la desconfianza a tan noble profesión que, según las mediciones conocidas, está lejos de alcanzar el nivel de aprecio social con la que cuentan los maestros o las enfermeras. La expresión es injusta porque generaliza, pues hay quienes hacen de la práctica del derecho un verdadero apostolado por la justicia y es injusta porque las frustraciones provenientes de la justicia ordinaria hacen que el abogado de la cara por actos irrealizables sin una parte de jueces, magistrados y ministros que, mediante acciones y omisiones, dilaciones y apresuramientos mercantilizan la justicia.

¿No es hora de sacudirse esa fama?

Nos encontramos el lunes en Recreo

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