Agua viva
El presente y futuro de la Iglesia depende de que no se seque en nosotros lo que significa el agua bautismal.
El presente y futuro de la Iglesia depende de que no se seque en nosotros lo que significa el agua bautismal.
No hay futuro de luz si no enfrentamos el presente, con sus luces y sombras. La luz sin ocaso está más allá… Su brillo depende de cómo hagamos la travesía.
La Cuaresma convierte el tiempo de cada creyente en oportunidad de oro para profundizar en la fe.
El Evangelio del Domingo pasado toca el tema del amor total, decidido, único, doloroso, casi imposible: el amor a los enemigos. Jesús conoce perfectamente el corazón humano.
Muchos pensamos en la necesidad de revisar los valores que fundamentan y sostienen las leyes que nos rigen y las que se proponen para el ‘bienestar’ presente y el futuro de la sociedad.
La Constitución Política de un país es su carta de presentación. Muestra el horizonte de nación que se anhela y los valores fundamentales en los que se cree y por los que se lucha.
He aprendido que ser feliz es estar feliz no sólo en determinados momentos sino en saber mirar la gracia de Dios en cualquier circunstancia de la vida.
Las crisis existenciales -personales y sociales- debieran provocar reflexiones inteligentes, deseos de solidaridad y colaboración con personas e instituciones para llegar bien librados a la cima de la cuesta.
Todos queremos que el mal disminuya en nuestro mundo. Al iniciar este año nos hemos deseado paz y felicidad, que la bondad triunfe sobre la maldad.
El Papa Francisco nos dice que “los magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo”.
Celebremos con esperanza y especial alegría esta Navidad, portadora de la paz grande hasta el final de las lunas.
Aprendamos de José a confiar siempre en la voluntad de Dios y a ponerla en práctica.