Humanismo, animalismo y algo más
Para un servidor la solución al tema de las corridas de toros va más allá de una prohibición la cual considero equivocada.
El fin de semana pasado los taurinos del país celebrábamos la reapertura de la Plaza México tras más de 600 días de inactividad; lugar icónico sin duda, la de mayor capacidad en el mundo y un referente de la tauromaquia en el continente americano. Se anunciaron 9 festejos después del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el 6 de diciembre de 2023. Cabe mencionar que en dicha reapertura se presentó un lleno total de la plaza.
Poco duró el gusto a la afición ya que las dos corridas previstas para este fin de semana penden de un hilo ya que la jueza federal Sandra de Jesús Zúñiga suspendió nuevamente las corridas en La Monumental aceptando un amparo presentado por una asociación animalista suspendiendo de inmediato los espectáculos taurinos en la alcaldía Benito Juárez. El dictamen de la juez está fundamentado en la Ley de Protección a los animales en la CDMX, la cual para unos como siempre tiene razón de ser y no a la vez.
El miércoles en la tarde y tras darse a conocer el fallo de la magistrada, la empresa que dirige la Plaza de Toros México hizo pública una queja presentada ante el Poder Judicial por dicha suspensión provisional. Hasta el momento desconozco si habrá corridas o no este fin de semana, detalle que me hace comentar con usted varios puntos ya que la violencia de los antitaurinos vista en la pasada apertura sin duda es excesiva y limita de alguna manera las libertades de las personas que voluntariamente quisieron asistir.
Por esto me di una vuelta a las bibliotecas en línea para tratar de definir claramente con usted términos como humanismo y animalismo y esperar que al final de esta lectura se logre al menos en su albedrío un equilibrio o posible posición entre ambas partes.
Humanismo se explica como un concepto polisémico que es aplicado tanto al estudio de letras humanas, estudios clásicos y la filología grecorromana como a una genérica doctrina o actitud vital que concibe de forma integrada los valores humanos. También se le denomina al humanismo por otro lado el sistema de creencias centrado en el principio de las necesidades de la sensibilidad e inteligencia humana donde puedan satisfacerse sin tener que aceptar la existencia de Dios y la predicación de las religiones.
Animalismo, movimiento animalista, movimiento de liberación animal y algunos otros conceptos, son movimientos globales donde académicos, artistas, campañas y grupos organizados se oponen al uso de animales para investigación, alimento, entretenimiento y textiles. Su objetivo general es erradicar el especismo que consideran antropocéntrico, es decir, en la discriminación negativa de los animales no humanos, generada por el hecho de pertenecer a especies diferentes a la humana.
Algunos integrantes o activistas de este movimiento adoptan algún tipo de alimentación vegetariana estricta (sin productos de origen animal) y no usan ropa hecha con piel animal tales como zapatos o chaquetas, asimismo no consumen productos que se hayan probado en animales.
Las acciones de estos grupos toman varias directrices que van desde tratar de educar y persuadir al público por medio de protestas llamativas o uso de propaganda hasta el boicot de empresas en las que se usan animales para la prueba de sus productos. También realizan “rescates abiertos” donde los activistas ingresan a diversos sitios para liberar a ciertas especies en las que se prueban cosméticos o algún otro tipo de producto.
En países como Inglaterra el Frente de Liberación Animal ha provocado pérdidas millonarias en la industria y en los Estados Unidos son considerados como una amenaza terrorista.
El objetivo de mostrar ambos términos es el de poner en una balanza ambas acepciones donde parece ser que el término medio es muy complicado de encontrar. Para un servidor la solución al tema de las corridas de toros va más allá de una prohibición la cual considero equivocada ya que si nos consideramos una “sociedad moderna”, los espectáculos de ese tipo deberían de carecer de público ya que la gente debería de dejar de asistir por convicción y no por prohibición.
Hasta donde tengo entendido en nuestro país aún podemos decidir qué es lo que hacemos, adonde vamos o la manera en que decidimos distraernos, claro está siempre y cuando no afectemos a terceras personas y que los lugares a donde vayamos gocen de legalidad.
Es una pena que a estas alturas del partido se agreda en la calle a quienes quieren asistir a la fiesta brava en lugar de tratar de convencer de alguna manera el no hacerlo. Es verdaderamente preocupante que la manifestación de estas personas sea tan agresiva no solo contra los posibles asistentes, sino con los miles de beneficiados de esta clase de eventos.
Es terrible que en pleno siglo veintiuno nuestras autoridades basadas en los dichos de una minoría sigan pensando que el prohibir en vez de educar sea la salida a este tipo de tradiciones. Sin ser partidario de muchos de los dichos o acciones que ha tomado Don Andrés enfatizo en el de prohibido prohibir donde con la fuerza de dos palabras, se pueden matar a miles de argumentos.
Es vergonzoso que estos temas nos quiten lo humanista, que nos confundan la visión y que nos lleven a ambas partes del fanatismo a la barbarie. Le repito, esto solo es para su reflexión.
Hasta la próxima.