Detalles que hacen la diferencia

Raúl Muñoz Del Cojo.
Raúl Muñoz Del Cojo.

Existen clientes que le pueden arruinar la vida a un empleado hotelero, evite ser uno de ellos.

Después de varias columnas donde expuse mi punto de vista en cuanto a los múltiples problemas que vivimos en el día a día los prestadores de servicios turísticos de nuestro estado, cambiaré drásticamente la temática y trataré con usted un tema que leí en la revista Travel + Leisure donde Lydia Mansel nos menciona los clientes más molestos en los hoteles y como doble propósito, enterarlo de qué nos molesta para que evite ser uno de ellos.

Como usted sabe cada vez que viajamos o salimos de casa sin querer revelamos nuestra verdadera personalidad ya que aunque usted no lo crea y sin importar el motivo del viaje, en su habitación deja usted una muestra de cómo vive, que tan ordenado es o simplemente que tan metódico puede ser en sus hábitos más íntimos.

Le comento como ejemplo de este tema el caso de una persona muy querida para mi familia que cuando sale tiene que llevar un aerosol desinfectante y hasta que no rocía toda la habitación y sus componentes, se siente segura de hacer uso de la misma, esto sin importarle el intoxicar ligeramente con el producto a su marido o a la gente que la acompaña.

Para entrar de lleno en el tema, la revista consultó a una encargada de etiqueta en los Estados Unidos la cual consideró los siguientes tipos de clientes que le pueden arruinar la vida a un empleado hotelero siendo estos los siguientes:

  • A) Los de malos modales. Para los que servimos en la hotelería, sabemos de antemano que la gente no llega siempre de buen humor a nuestros establecimientos. Les recuerdo a todas estas personas que el que anden de vacaciones o de viaje de trabajo, no implica que deban de olvidar el buen trato a sus semejantes. Como cliente le sugiero no olvide lo mágico que pueden ser las palabras por favor y gracias.
  • B) A los que les falta paciencia. Parece hecho adrede que cuando el cliente trae más prisa, más paciencia necesita en la recepción o con el concierge. En el primer caso y si tiene urgencia por marcharse, es recomendables haga su salida la noche anterior para que no tenga apuro al retirarse la mañana siguiente. Con el concierge por otro lado no debe de olvidar que si le pide encuentre algo, no cuenta con una varita mágica que resuelva todo en segundos. La sugerencia del día para los desesperados es que se tomen su tiempo ya que su prisa no acelera el proceso de trabajo de nuestros colaboradores.
  • C) Los que no dejan propinas. En países como México, la propina debe de considerarse siempre y si no trae efectivo consigo, le sugiero se prepare para hacerlo. Si su estancia será larga, lo recomendable es que sus propinas sean más generosas, si es corta nunca la olvide. También puede dejar propina al final de su estancia, lo que no debe de hacer es olvidarlo. En países como el nuestro, la propina es el pago al gran servicio que se otorga y créame que para servicio como en México no hay dos.
  • D) Los desordenados. Nos queda claro a los que laboramos en un hotel que el cliente paga por el servicio completo de limpieza, pero de ese punto al que deje el cuarto como chiquero hay una gran diferencia. El dejar el cuarto en un pésimo estado habla muy mal de su persona, si puede y quiere por supuesto piense en la persona que le hará la limpieza. Deje su basura junta y las toallas usadas en el baño. Créame que no sabe las cosas que vemos en las habitaciones desocupadas, solo le sugiero se comporte como si estuviera en su casa.
  • E) Los impúdicos. Aunque no lo crea y no se vea tan seguido en muestra región, mucha gente se pasea en bata sin ropa interior por los pasillos, lobby, alberca, bares del hotel y zonas comunes. Incluso en los Estados Unidos han prohibido la entrada a celebridades por pasearse desnudos por los hoteles. Recuerde que el respeto a los demás comienza por uno, simplemente le recomiendo no muestre sus miserias, solo guárdelas para su beneplácito personal.
  • F) Los ruidosos. A estos no les importa llegar tarde de una fiesta o pararse muy temprano para tomar un vuelo, el problema es que los vecinos de habitación se enteran por el escándalo que hacen. Ya sea con una bocina portátil o con la televisión a volumen alto, el caso es que no pueden vivir sin hacer ruido. La sugerencia es que use audífonos y que no se le olvide que siempre habrá alguien descansando mientras usted no lo hace.
  • G) Los rateros. Nada peor que un cliente al que se le “pegan” las cosas. Recuerde, no tome lo que no es suyo; las batas, toallas, ganchos, pañuelos desechables, papel sanitario, o los saleros, pimenteros y cubiertos son para su servicio mas no para su casa. Evítese la pena de que se lo carguen a cuenta o que le pidan lo devuelva, aunque no lo crea, siempre nos damos cuenta. Procure también no hacerse el sorprendido o negarlo, cuando esto sucede se tiene la certeza de que lo trae en su maleta, solo evítelo.

Claro está que estas reglas de “etiqueta” del huésped no están escritas en ninguna parte, deberían ser parte de su persona. Como dirían en mi pueblo, si le queda el saco póngaselo, si no usted no leyó nada.

Hasta la próxima.




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