
Raúl Muñoz Del Cojo.
Existen clientes que le pueden arruinar la vida a un empleado hotelero, evite ser uno de ellos.
Después de varias columnas donde expuse mi punto de vista en cuanto a los múltiples problemas que vivimos en el día a día los prestadores de servicios turísticos de nuestro estado, cambiaré drásticamente la temática y trataré con usted un tema que leí en la revista Travel + Leisure donde Lydia Mansel nos menciona los clientes más molestos en los hoteles y como doble propósito, enterarlo de qué nos molesta para que evite ser uno de ellos.
Como usted sabe cada vez que viajamos o salimos de casa sin querer revelamos nuestra verdadera personalidad ya que aunque usted no lo crea y sin importar el motivo del viaje, en su habitación deja usted una muestra de cómo vive, que tan ordenado es o simplemente que tan metódico puede ser en sus hábitos más íntimos.
Le comento como ejemplo de este tema el caso de una persona muy querida para mi familia que cuando sale tiene que llevar un aerosol desinfectante y hasta que no rocía toda la habitación y sus componentes, se siente segura de hacer uso de la misma, esto sin importarle el intoxicar ligeramente con el producto a su marido o a la gente que la acompaña.
Para entrar de lleno en el tema, la revista consultó a una encargada de etiqueta en los Estados Unidos la cual consideró los siguientes tipos de clientes que le pueden arruinar la vida a un empleado hotelero siendo estos los siguientes:
Claro está que estas reglas de “etiqueta” del huésped no están escritas en ninguna parte, deberían ser parte de su persona. Como dirían en mi pueblo, si le queda el saco póngaselo, si no usted no leyó nada.
Hasta la próxima.