

Foto: Cortesía.
Restos de gliptodonte, lobo terrible y otras especies revelan riqueza paleontológica de la región.
PUEBLA.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) resguardó restos fósiles de megafauna del Pleistoceno tardío, localizados en la comunidad de San Sebastián Villanueva, municipio de Acatzingo, Puebla, tras una denuncia ciudadana que activó un operativo de rescate especializado.
Los materiales corresponden a fragmentos de un gliptodonte, así como a piezas óseas que probablemente pertenecen a un lobo terrible (Aenocyon dirus), un perezoso terrestre y un caballo prehistórico (Equus mexicanus).
El hallazgo ocurrió entre el 21 y el 24 de octubre de 2025, con la participación de pobladores, autoridades auxiliares y personal cultural del ayuntamiento.
Posteriormente, los especialistas trasladaron los fósiles a la Sección de Paleontología del Centro INAH Puebla, donde permanecerán bajo resguardo. A partir de 2026, el instituto iniciará un proceso de limpieza, estabilización y análisis, indispensable para frenar el deterioro que comienza una vez que los restos quedan expuestos al ambiente.
Entre los materiales recuperados destacan dos fragmentos del caparazón de gliptodonte y varios osteodermos, uno de ellos con el característico dibujo en roseta.
Aunque el caparazón no se encontró completo ni en posición anatómica, su morfología confirma la presencia de este megamamífero, similar a un armadillo gigante, que podía alcanzar el tamaño de un automóvil, pesar una tonelada y medir hasta 2.5 metros.
El hallazgo guarda relación con el ejemplar localizado en Santiago Tenango en 2017, considerado el más grande y completo encontrado en Puebla.
Durante la limpieza preliminar, los especialistas identificaron un fragmento de maxilar con molares correspondiente a un lobo terrible, especie poco común en el registro fósil debido a la baja densidad de carnívoros en la prehistoria.
Además, se recuperó un molar de caballo prehistórico y un hueso largo de perezoso terrestre, animal que podía alcanzar dimensiones comparables a las de un mamut al erguirse.
El rescate contó con amplia participación comunitaria, y los pobladores manifestaron su interés en que el material regrese a la localidad, bajo un esquema similar al museo de sitio de Santiago Tenango, modelo que el INAH considera viable para fortalecer la protección y difusión del patrimonio paleontológico.