Valoremos lo que tenemos

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

El ser humano por naturaleza vive en constante búsqueda, su interior es insaciable, nunca está conforme con lo que tiene, con lo que es, siempre está añorando aquello que no tiene, se la pasa quejándose, llorando, lamentándose y más aun investigando y creando salidas y soluciones a diversas situaciones que muchas veces están fuera de … Leer más

El ser humano por naturaleza vive en constante búsqueda, su interior es insaciable, nunca está conforme con lo que tiene, con lo que es, siempre está añorando aquello que no tiene, se la pasa quejándose, llorando, lamentándose y más aun investigando y creando salidas y soluciones a diversas situaciones que muchas veces están fuera de su alcance o simplemente no las tiene. Las personas que así viven, hacen que la felicidad y sus actitudes dependan de estos vacíos que no han llenado, pareciera que queremos hacer vida este principio: eres lo que piensas o tienes.

 

Es más fácil pensar en lo que no tenemos o nos hace falta, así sea poco; centramos la atención en los vacíos y carencias, convirtiéndolos en indispensables para sentirnos realizados, dejando todo lo demás que poseemos a un lado. Muchas veces en esa búsqueda angustiosa, dejamos ir lo valioso que ya teníamos, porque se nos va la vida buscando quizás una solución donde no la hay, o no depende de nosotros, queriendo encontrar algo que tal vez no está; esperando lo que posiblemente nunca vendrá.

 

Y nos echamos a morir estando vivos, se nos van los mejores años y nos perdemos de mil cosas por no valorar y cuidar lo precioso que poseíamos, por ejemplo, cuando somos niños queremos llegar rápido a los 18 años, y cuando acordamos ya tenemos 40 cumplidos, tan solo porque fijamos toda nuestra atención en aquello que carecíamos.

 

Es bueno tener sueños y luchar por ellos; pero no podemos desgastarnos y olvidarnos de lo que poseemos, hay que aprender a ser feliz con lo grande y lo pequeño. Si las cosas tienen solución, no hay porque angustiarse y perder la paz; trabajemos con ahínco por poderlo arreglar. Pero si aquello no tiene otra salida o no se puede solucionar; tampoco hemos de echar todo por la borda y renunciar a nuestra felicidad; hay todavía mucho por hacer y por soñar construyamos nuevas ilusiones, busquemos nuestra realización personal, pero basada en realidades, analizando nuestras habilidades y debilidades. Hay que aprender a aceptar que tenemos limitaciones y no convertirlas en bloqueos mentales y frustraciones; todos los seres en el mundo tienen cosas que pueden y no pueden hacer o tener, o en otras palabras, no todos somos buenos para todos, tenemos muchos talentos; hay simplemente que reconocerlos y cultivarlos; para así no vivir alimentando vacíos, traumas, amarguras y decepciones.

 

Hay muchas cosas que quizás añoramos y no podemos tener, una opcion laboral, un hijo que no ha nacido, algo de dinero o posición, algún objeto, un trabajo, no pensemos que se nos ha negado, simplemente hay que entender y aceptar que así suele suceder aunque no lo comprendamos y al saberlo nos hagamos daño.




Más noticias


Contenido Patrocinado