Tentación por las casetas

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

Desde hace algunos años hemos sido testigos de la estrategia que han seguido algunas “organizaciones sociales” que cada vez que se les ocurre se apoderan de las casetas de cobro, particularmente en autopistas o supercarreteras, para pedir una colaboración voluntariamente a fuerza a los conductores de los vehículos que por ahí transitan, convirtiéndolo en un … Leer más

Desde hace algunos años hemos sido testigos de la estrategia que han seguido algunas “organizaciones sociales” que cada vez que se les ocurre se apoderan de las casetas de cobro, particularmente en autopistas o supercarreteras, para pedir una colaboración voluntariamente a fuerza a los conductores de los vehículos que por ahí transitan, convirtiéndolo en un modo de financiarse aparentemente por una causa justa.

Esta acción, independientemente del daño patrimonial que genera a los concesionarios, causa verdaderas molestias a los automovilistas, porque lo que les dan a los secuestradores de las casetas no tiene comprobación, y aunque traigan tarjetas prepagadas, en ese momento no valen, y deben cubrir lo que les piden; pero los choferes, que deben comprobar los gastos, se ven imposibilitados para ello.

Aparentemente le beneficia a los automovilistas porque pagan menos, pero no es verdad, porque como ya lo dije, el desembolso no genera un recibo, y lo más delicado del tema, es que quien paga oficialmente por hacer uso de una autopista o super carretera, tiene derecho a un seguro de viajero, que se hace efectivo al presentar el ticket que le expidieron en la caseta, lo que no tiene cuando pasa sin pagar, de manera tal que no se constituye en una ayuda a la población, como pretenden hacerlo ver los tomadores de casetas.

Seguramente ha de ser un buen negocio, porque todos los días en diferentes lugares de nuestro país, vemos que se realiza; lo mismo por maestros que por estudiantes particularmente de las normales del país, como si fuera parte de su programa de estudios y de preparación para transmitirla después a los que serán sus alumnos.

Los que toman las casetas, según lo expresan, lo hacen con motivo de una causa social, y en esa virtud habrá que preguntarnos si obstruir u obstaculizar el paso por una vía de comunicación, y permitirla mediante el pago de alguna cantidad responde a una causa social? Es decir: ¿La sociedad ha pedido que se destruya el orden, la seguridad, la protección patrimonial, la armonía, la paz, la integridad física o la vida, para atender a la causa de un grupo? Los intereses de unos pocos ¿Pueden vencer a los de todo el grupo social?

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