Reflexión sobre el decreto de la Reforma Judicial Federal en México

1.- Primeramente haré un homenaje recordatorio de tres juristas de los siglos XVIII y XIX, pilares, tanto para las reformas constitucionales, estructuras del Juicio de Amparo y de la Ley Reglamentaria del mismo, en beneficio de los gobernados y en contra de los abusos de los poderes públicos.

Se trata de: Manuel Crescencio Rejón, quien incorporó en la constitución yucateca, principios básicos para un poder judicial autónomo, así como de su ley reglamentaria; el segundo, el jalisciense Ignacio L. Vallarta, el cual, siendo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió sus “VOTOS” particulares recordando además a Mariano Otero, también jalisciense y autor de importantes temas que reforzaron las funciones del Poder Judicial Federal y de la Ley de Amparo.

2.- En este tiempo parece haberse perdido entre quienes ejercen la abogacía la importancia de acudir a la fuente de estas tres personalidades del mundo jurídico nacional, máxime cuando se está viviendo una época en nuestro país que pretende, anular la existencia de dicho PODER sin más pretexto que una decisión unipersonal por parte del presidente de la república en funciones.

3.- Sin embargo, todavía amamos el orden constitucional, se pretende violar la autonomía de los tres poderes autónomos en nuestra CONSTITUCIÓN VIGENTE.

4.- Cuando entramos al edificio de nuestro Máximo Tribunal, leemos con orgullo el apotegma que dice: “SUPREMA LEGIS SERVI SUMUS UT LIBER ESSE POSIMUS”

5.- En esta última parte de nuestra reflexión referida a quienes tratan de considerar a los impartidores de justicia federal únicamente como “SIERVOS DEL PUEBLO”, a partir de la polarización que nuestra sociedad ha sufrido en estos tiempos, debemos defender que más bien se trata de servidores de toda sociedad mexicana, en el caso que cualquiera de sus miembros sufra un acto abusivo en su contra por todo tipo de autoridad.

“Somos siervos de la Suprema Ley pata poder ser libres”