La cadena de frío no podrá fallar al distribuir las vacunas contra el COVID-19

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, aseguró ayer, durante la entrevista que le concedió a Ciro Gómez Leyva en Grupo Fórmula, que es muy probable que durante el primer trimestre del año entrante ya estén disponibles una o más vacunas contra el COVID-19. Lo anterior no significa que durante los primeros tres meses de … Leer más

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, aseguró ayer, durante la entrevista que le concedió a Ciro Gómez Leyva en Grupo Fórmula, que es muy probable que durante el primer trimestre del año entrante ya estén disponibles una o más vacunas contra el COVID-19.

Lo anterior no significa que durante los primeros tres meses de 2021 esté alguna en México porque su fabricación y distribución en cantidades masivas llevará tiempo.

Ebrard explicó que en una primera etapa, llegarán las que sean necesarias para vacunar hasta el 20% de la población, es decir, a casi 26 millones de personas, empezando por los trabajadores del sector salud que atienden a quienes se enferman de COVID-19.

Ebrard no lo dijo, pero la distribución de las vacunas será una pesadilla logística debido a que, como lo explica la Organización Mundial de la Salud, deberán distribuirse correctamente en cuanto a su cantidad, destino y calidad.

De acuerdo con el Dr. Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi, la Alianza Mundial de Vacunas: “La entrega eficiente de miles de millones de dosis de vacunas a todo el mundo implicará obstáculos logísticos y programáticos enormemente complejos a lo largo de la cadena de suministro”. Añade que para “garantizar un despliegue mundial eficiente de una vacuna COVID-19 segura y asequible” deben trabajar coordinadamente los gobiernos, los fabricantes de vacunas y las empresas de transporte.

La dimensión de la pesadilla será doble si la vacuna que demuestre ser más eficaz, implica la aplicación de dos dosis, lo cual entonces significará la distribución de casi 52 millones de ampolletas, viales o los que sean los contenedores de cada dosis.

México es un país con una pobre infraestructura y de alguna manera deberán transportarse las vacunas desde el lugar donde se fabriquen hasta los almacenes que habrá en diversas ciudades del país, y luego enviarse a los lugares en donde se les aplicarán a los 26 millones de mexicanos.

El reto por superar consiste en que durante la cadena de distribución, se mantenga refrigerada o congelada cada vacuna. Cualquier falla en esta cadena de frío echará a perder decenas o centenas de miles de dosis.

Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC) advierten que “una ruptura en la cadena de frío puede significar dosis adicionales para los pacientes, mayores costos para los proveedores y dañar la confianza del público en las vacunas. Más importante aún, los pacientes que se niegan a la revacunación pueden permanecer desprotegidos…”.

CDC explica que “una cadena de frío eficaz se basa en tres elementos principales: 1. Personal bien capacitado, 2. Equipos confiables de monitoreo de temperatura y almacenamiento; y 3. Gestión precisa del inventario de vacunas”.

Para que 26 millones de personas queden debidamente vacunadas, durante los primeros seis meses del año entrante, idealmente, el gobierno federal, los transportistas terrestres, las líneas aéreas, los proveedores de servicios de almacenamiento, los hospitales, clínicas y centros de salud no pueden fallar, porque la salud y hasta la vida de millones de personas estarían en riesgo.

México deberá demostrar que está a la altura de las circunstancias porque, hasta ahora, no lo ha hecho.




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