Más allá del futbol mexicano

Jairo Mendoza.
Jairo Mendoza.

No existe un proyecto deportivo de colaboración entre los dueños del balón que, en lugar de enfocarse en temas particulares, encaminen sus esfuerzos en lograr objetivos en común.

Hace algunos días, como buen aficionado al futbol me llamó la atención que en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador se abordara el tema del futbol mexicano a propósito del Mundial de Qatar 2022, un tema que más allá del fracaso deportivo del seleccionado mexicano, ha generado muchas críticas por los múltiples señalamientos de presuntos malos manejos por parte de los directivos, que involucrarían casos de corrupción dentro de la Liga MX entre los que sobresalen: el uso de recursos públicos para hacer negocios privados con el futbol y la condonación de impuestos por más de 2 mil 600 millones de pesos durante los sexenios de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón.

De igual manera, se reveló que los socios de los equipos de la Liga MX en contubernio con las autoridades de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) utilizaban contratos “por debajo de la mesa” para evadir el pago de impuestos; además, se evidenció que en las categorías inferiores se extorsionan a los futbolistas que buscan debutar en los primeros equipos.

Fue el periodista Amir Ibrahim, autor de un reportaje titulado “El Cártel del gol”, quién presentó detalles de su investigación sobre las irregularidades dentro del futbol mexicano, que también involucraría la contratación duplicada de jugadores y la posible evasión de impuestos.

Inclusive, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó que “el futbol es un gran negocio y un botín que ha traído a muchas personas con ambiciones desbordantes, promotores y dueños que poco a poco han ido desvirtuando el espíritu deportivo del futbol nacional”.

Desde mi punto de vista, me resulta interesante cómo en un país donde históricamente el futbol es el deporte más popular siempre nos quedemos en la raya de trascender, y que como bien se señaló en “la mañanera”, esto no es una circunstancia de un momento, ni de los jugadores, ni de cambiar al cuerpo técnico una y otra vez, sino de un sistema que privilegia los intereses económicos por encima de los intereses deportivos. No existe un proyecto deportivo de colaboración entre los dueños del balón que, en lugar de enfocarse en temas particulares, encaminen sus esfuerzos en lograr objetivos en común.

Por otro lado, persisten muchos conflictos de intereses generando un obstáculo mayúsculo para el desarrollo del futbol mexicano. Otro ejemplo es la multipropiedad de equipos en los torneos locales, donde los mismos empresarios son los dueños de varios equipos, limitando la libre competencia; por otro lado, existe un enorme déficit de futbolistas de alto nivel en las principales ligas del mundo, debido a que la gran mayoría de los jugadores mexicanos participan en una liga que no ofrece beneficios competitivos, pero sí económicos, y esto, paradójicamente, bloquea la formación y el desarrollo de nuevos futbolistas.

En México, muy difícilmente se les apuesta a los jóvenes futbolistas, simplemente porque no venden y tampoco existen procesos para respaldarlos. En contra parte, se continúa promoviendo la llegada de extranjeros de segunda motivados por intereses económicos y con la intención de promocionar a la Liga MX, pero provocan lo contrario, generando estancamientos en las Fuerzas Básicas y truncando la posibilidad de crear nuevos jugadores.

Sumado a esto, se continúa premiando a la mediocridad, ya que el esquema impulsado por los intereses empresariales de las televisoras bajo el cual funcionan los torneos no representa ninguna exigencia para los equipos locales, dado que clasifican 12 de 18 equipos a las fases finales; además, se tiene paralizado el ascenso y el descenso, y a nivel de selecciones se compite dentro de una confederación contra países que ni siquiera tienen futbolistas profesionales.

En conclusión, si esto no cambia al corto plazo, el futbol mexicano continuará destinado al fracaso. Recordemos que nuestro país será una de las sedes del próximo mundial que iniciará en junio de 2026, y que esta representa una excelente oportunidad para que los directivos por fin tomen decisiones en favor de contribuir a este deporte y en beneficio de sus millones de aficionados. Como bien lo mencionó el presidente “Hay mucha afición para tan poco profesionalismo en el futbol”.




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