Los desafíos en la pobreza infantil

Jairo Mendoza. Enfoque joven
Jairo Mendoza. Enfoque joven

Según datos del CONEVAL, Zacatecas se encuentra por debajo de la media nacional en materia de pobreza en comparación con otras entidades federativas, siendo la primera infancia, niñas, niños y adolescentes un grupo poblacional vulnerable que necesita de la atención de todos los sectores.

Con el objetivo principal de alcanzar un desarrollo sostenible y de erradicar la pobreza en todas sus formas, desde hace 30 años la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó al 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Aunque el reto no es menor en México, tanto el gobierno estatal como el federal están haciendo sus esfuerzos para combatir dicho fenómeno, que ha dejado de ser una cuestión económica, dado que comprende la falta de capacidades básicas para que las personas tengan una vida digna, sobre todo en el grupo poblacional de niñas, niños y adolescentes.

El término de pobreza, para comprenderlo mejor, se refiere a las personas que presentan al menos una carencia social y que no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades, y por pobreza extrema se refiere a las personas que cuentan con varias carencias sociales y que no cuentan con un ingreso suficiente para adquirir una canasta básica alimentaria.

Según datos del CONEVAL, Zacatecas se encuentra por debajo de la media nacional en materia de pobreza en comparación con otras entidades federativas, siendo la primera infancia, niñas, niños y adolescentes un grupo poblacional vulnerable que necesita de la atención de todos los sectores productivos del estado.

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece en su artículo primero, como uno de sus principales objetivos, el reconocimiento de este grupo poblacional como titulares de derechos bajo los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, esto implica que el Estado debe adoptar y ejercer una postura garantista que permita la generación de políticas públicas que protejan y salvaguarden los derechos de esta población.

La carencia social en la niñez y en la adolescencia se puede presentar en situaciones como en el rezago educativo, que refiere a la población de entre 3 a 17 años de edad que no asiste a un centro de educación formal, ni cuenta con la educación básica obligatoria; también se presenta en la ausencia de servicios de salud, tanto en instituciones públicas como privadas; en la necesidad de espacios y servicios básicos en la vivienda, por la falta de servicios como agua, drenaje, electricidad, así como techos y muros; por las restricciones para acceder a una alimentación suficiente para llevar una vida activa y sana, etc.

Estas son algunas de las situaciones que requieren de políticas públicas e intervenciones presupuestarias para mejorar la calidad de vida y los derechos fundamentales de nuestras niñas, niños y adolescentes, y que nos llevan a la reflexión sobre el papel que estamos realizando como sociedad desde nuestras respectivas cotidianidades. Este grupo poblacional necesita principalmente de todas y de todos, desde la institución de la familia hasta las instituciones públicas y privadas encargadas en la materia.

Otra forma de poder aportar a este sector poblacional es potencializando su empoderamiento e incentivando para que su voz sea escuchada, promoviendo espacios de participación y de consulta. 

Insisto, erradicar la pobreza en la niñez y en la adolescencia debe ser un compromiso compartido por todos los sectores poblacionales.

A 30 años de la declaración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza sigue siendo un desafío vigente e ineludible.

Con el objetivo principal de alcanzar un desarrollo sostenible y de erradicar la pobreza en todas sus formas, desde hace 30 años la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó al 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Aunque el reto no es menor en México, tanto el gobierno estatal como el federal están haciendo sus esfuerzos para combatir dicho fenómeno, que ha dejado de ser una cuestión económica, dado que comprende la falta de capacidades básicas para que las personas tengan una vida digna, sobre todo en el grupo poblacional de niñas, niños y adolescentes.

El término de pobreza, para comprenderlo mejor, se refiere a las personas que presentan al menos una carencia social y que no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades, y por pobreza extrema se refiere a las personas que cuentan con varias carencias sociales y que no cuentan con un ingreso suficiente para adquirir una canasta básica alimentaria.

Según datos del CONEVAL, Zacatecas se encuentra por debajo de la media nacional en materia de pobreza en comparación con otras entidades federativas, siendo la primera infancia, niñas, niños y adolescentes un grupo poblacional vulnerable que necesita de la atención de todos los sectores productivos del estado.

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece en su artículo primero, como uno de sus principales objetivos, el reconocimiento de este grupo poblacional como titulares de derechos bajo los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, esto implica que el Estado debe adoptar y ejercer una postura garantista que permita la generación de políticas públicas que protejan y salvaguarden los derechos de esta población.

La carencia social en la niñez y en la adolescencia se puede presentar en situaciones como en el rezago educativo, que refiere a la población de entre 3 a 17 años de edad que no asiste a un centro de educación formal, ni cuenta con la educación básica obligatoria; también se presenta en la ausencia de servicios de salud, tanto en instituciones públicas como privadas; en la necesidad de espacios y servicios básicos en la vivienda, por la falta de servicios como agua, drenaje, electricidad, así como techos y muros; por las restricciones para acceder a una alimentación suficiente para llevar una vida activa y sana, etc.

Estas son algunas de las situaciones que requieren de políticas públicas e intervenciones presupuestarias para mejorar la calidad de vida y los derechos fundamentales de nuestras niñas, niños y adolescentes, y que nos llevan a la reflexión sobre el papel que estamos realizando como sociedad desde nuestras respectivas cotidianidades. Este grupo poblacional necesita principalmente de todas y de todos, desde la institución de la familia hasta las instituciones públicas y privadas encargadas en la materia.

Otra forma de poder aportar a este sector poblacional es potencializando su empoderamiento e incentivando para que su voz sea escuchada, promoviendo espacios de participación y de consulta. 

Insisto, erradicar la pobreza en la niñez y en la adolescencia debe ser un compromiso compartido por todos los sectores poblacionales.

A 30 años de la declaración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza sigue siendo un desafío vigente e ineludible.




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