La importancia de las relaciones laborales y los sindicatos

Jairo Mendoza. Enfoque joven
Jairo Mendoza. Enfoque joven

Las organizaciones y los sindicatos nunca deben de verse como partes antagónicas, sino como socios compatibles en búsqueda del desarrollo de la organización.

La historia del sindicalismo y de las relaciones laborales en nuestro país se remonta a los tiempos posteriores a la revolución, particularmente a los inicios de los años 30, seguido por décadas de una corriente vertical, en donde los eruditos del tema coincidían en que no se representaba del todo al trabajador, sin embargo, habrá de reconocerse que se contribuyó a darle cierta estabilidad al país. De tal manera que las circunstancias de los tiempos modernos nos plantean otra forma de ver la organización sindical y sus fines. Coincido totalmente en que la función primordial de un sindicato debe ser siempre la de representar a sus agremiados a efecto de que sin poner en riesgo la estabilidad de la fuente de trabajo, obtengan beneficios adecuados en las compensaciones, es decir, salarios, sueldos, prestaciones e incentivos.

La palabra sindicato es un vocablo que deriva del griego “sin” = con y “dikaíos” = justo, que en síntesis significa la asociación que se forma para la defensa de los intereses económicos y sociales de la clase trabajadora; desde un punto de vista legal, el sindicato es la asociación de trabajadores o patrones constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses.

En todas las organizaciones ya sean públicas o privadas, es de vital importancia atender las relaciones laborales, ya que éstas involucran temas relevantes como la administración, el sindicato y los trabajadores, pretendiendo en todo momento mantener un clima y un ambiente laboral sano, adecuado y estable; enfocado a cultivar y fomentar la identificación plena de la empresa y el sindicato; previniendo las situaciones conflictivas que se presenten y coadyuvando con ello a mantener la estabilidad y la paz entre las partes.

Las organizaciones y los sindicatos nunca deben de verse como partes antagónicas, sino como socios compatibles en búsqueda del desarrollo de la organización, dentro de un clima de armonía de ganar- ganar, es decir sin vencedores, ni vencidos. En éstas relaciones el respeto hacia las disposiciones legales entre ambas partes ocupa un lugar predominante, dado que permite soluciones con apego a derecho. En este mismo sentido, el tema de la mesura juega un rol trascendental, sobre todo cuando se trata de exponer los diferentes asuntos que se presentan; de igual manera, la comunicación siempre debe ser clara, directa y con respuestas inmediatas, salvo de aquellas situaciones que por su naturaleza requieran de un mayor tiempo; también es pertinente que se encuentren siempre los medios adecuados para difundir al personal la normatividad que está alrededor de las relaciones laborales y corroborar que en efecto se conocen, esto con el fin de prevenir situaciones en donde los trabajadores alegen deconocer los reglamentos, aunque claro, ello no los exime de su cumplimiento.

Sin duda alguna, es importante no descuidar la atención a la representación sindical o en su defecto directamente hacia al trabajador en los diferentes temas que se puedan presentar, como por ejemplo: promociones, quejas, reclamos, sugerencias, orientaciones, consultas, etc. Ya que los trabajadores deben de verse siempre como el activo más importante dentro de la organización.

Finalmente, creo que es muy probable que en un futuro no muy lejano la normatividad laboral pudiera seguir teniendo algunas adecuaciones, esto con el propósito de adaptarse a la modernidad y a los cambios de entorno de las empresas y los sindicatos; prueba de ello está en la reciente aprobación en el Senado de la República del aumento en el mínimo de vacaciones hacia la clase trabajadora en el país, situación que nos refleja de un avance trascendental después de 50 años sin cambio alguno en cuestiones laborales.

 




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