Elecciones en EU; ¿Quién gana?, ¿Quién pierde?

El pasado 8 de noviembre se llevaron a cabo elecciones intermedias en Estados Unidos, donde se renovaría un tercio del senado y la totalidad de la cámara de representantes. La pérdida de cualquiera de las mayorías bajo el mando del Partido Demócrata supondría el fin anticipado de la presidencia de Joe Biden, al menos en su capacidad para continuar con su agenda política, tomando en cuenta, factores en su contra como: la alta tasa de inflación y la baja aprobación. 

Por otro lado, los republicanos se jugaban su restitución en el poder y la pavimentación de un camino más favorable para el inminente regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que supondría la imposición de la versión más radical del republicanismo con su polarización caracterizada, poniendo en incertidumbre a la política internacional en asuntos como: la guerra ruso – ucraniana, la reactivación económica poscovid, la tensión nuclear con Corea del Norte, la emergencia climática y la política migratoria en México, entre otras temas.

No obstante, y pese a todos los pronósticos que daban por segura una aplastante victoria hacia los republicanos, no hubo “marea roja”, y los demócratas lograron imponerse en estas elecciones intermedias, logrando retener el control de las cámaras parlamentarias y poniendo en entredicho las aspiraciones presidenciales de Donald Trump, quien esperaba una victoria contundente que lo pusiera en caballo de hacienda rumbo al 2024.

El gran ganador de este proceso electoral sin duda fue el Presidente Joe Biden y el Partido Demócrata; en contra parte, el gran perdedor fue Donald Trump y el Partido Republicano. No hay más.

Lo que hay destacar también de estos comicios fue el papel de las minorías, mediante los latinos, los jóvenes y los afroamericanos, quienes por medio de su voto hicieron la gran diferencia en este proceso electoral.

Su participación nos enseña la importancia que tiene el voto, y que las minorías pueden hacer la gran diferencia, si no pregúntenle a los republicanos quienes están viviendo en carne propia esta lección, por no moderar sus posturas e insistir en minimizar estos sectores para volver a gobernar.

Fue interesante observar como el discurso extremista de intolerancia, radicalismo y autoritarismo que llevó al poder a Donald Trump a la Casa Blanca en el 2016, fue el mismo que le propició esta derrota a su partido; la innovación en política a veces es necesaria.

En resumen, los demócratas ganaron esta vez, pero aún no definen quién tomará las riendas hacia las próximas elecciones presidenciales en el 2024. Los resultados también nos mostraron que Biden estaba en lo correcto, a pesar de los pronósticos en su contra, demostrando una vez más que su instinto político es su mayor fortaleza.

Por otro lado, los republicanos tendrán que innovar o morir. Trump continúa respirando por la herida y amenaza con regresar más fortalecido.

También esta elección nos mostró la emersión de una nueva clase política en Estados Unidos, que antes no era visible, pero que gracias a su carisma, inteligencia y su compromiso con las causas de ese país, lograron ganarse al electorado.