El relevo generacional en Zacatecas

Cuando escuchamos el tema del relevo generacional en la política, por lo general se nos viene a la mente un concepto que va ligado a un cambio de paradigmas, criterios y conductas que involucran a ciertos actores políticos en términos sociales.

Es bastante normal que, en cualquier parte del mundo en la vida política se incorporen nuevas generaciones, las cuales inyectan nuevas visiones, conductas y pensamientos que para el electorado suelen ser atractivos y que sobre todo fomentan la participación de las y los jóvenes en el ámbito político.

Lograr la inclusión juvenil en el sector público no ha sido una tarea fácil, ha sido una lucha constante contra viejos paradigmas y estereotipos que han intentado paralizar el cambio generacional.

El relevo generacional no debe de asustar a nadie, ni debe generar rupturas con las generaciones de mayor edad; al contrario, debe de fortalecerse mutuamente de la experiencia y la osadía, para generar una armonía y un equilibrio entre las diversas formas de pensar y hacer política.

Los jóvenes representan una tercera parte de la población total del país y a pesar de contar con una legislación que en teoría permite acceder a mayores puestos de representación popular en nuestro estado, la realidad es que en muchos institutos políticos continúan las prácticas cupulares y arcaicas que limitan el paso a nuevas generaciones que buscan impulsar agendas particulares, con temas como la igualdad de género, el emprendedurismo, la ecología, la tecnología etc.

Al menos en Zacatecas, el Gobernador David Monreal Ávila ha dado muestras de voluntad para impulsar un cambio generacional en la clase política; prueba de ello lo podemos observar con el reciente cambio en la Secretaría General de Gobierno con la llegada de Rodrigo Reyes Müguerza, quien trae conocimientos y experiencia desde el Senado de la República y es una de las apuestas más interesantes de la nueva clase política en Zacatecas.

También podemos ver ejemplos del relevo generacional en Zacatecas en perfiles como: Santos González (Coordinador de Asesores del Senado de la República), Cristal Pelayo (Directora de Servicios Administrativos en el Senado de la República), Susana Barragán (Diputada Local), Mauricio Acevedo (Director del Instituto de la Juventud Estatal), Roberto de León (secretario privado del Gobernador), Aarón Basurto (Regidor de Guadalupe), Carla Tena (Regidora de Guadalupe), Salma Cruz (Regidora de Zacatecas), Mary Tere Martínez (Directora de la Juventud de Guadalupe), Kevin Guerra (Consejero Estatal de Morena) y de muchos jóvenes y no tan jóvenes más, de diferentes ideologías que no terminaría de enlistar y que seguramente continuarán dando mucho de qué hablar en política en los próximos años.

Pero no basta también con llegar, para aquellas caras nuevas que ya se encuentran en la toma de decisiones, deben de entender que los buenos liderazgos son aquellos que impulsan a otros, que trabajan en equipo, que se dejan ayudar, que influyen de manera positiva y que valoran para ser valorados, de lo contrario se estarían repitiendo los mismos patrones caducos.

La política no es estática, siempre está en constante movimiento y en transformación, a la espera de nuevas caras con la mejor preparación y dispuestas a generar innovación, representatividad y apertura, de tal manera que, se puedan atender las múltiples necesidades de la población y permitan fortalecer a las instituciones.

La nueva clase política tiene la importante encomienda de oxigenar la administración pública y de cumplir con las expectativas de una sociedad cada vez más exigente; pero sobre todo, de generar condiciones de inclusión donde todas y todos quepan en las decisiones por el bien de nuestro estado y de nuestro país.