Proteger al bebé y a sus padres

Es una gran responsabilidad traer un hijo al mundo, necesita una madre y un padre responsables, maduros y en una relación estable.

Siempre ha existido la situación de que nuestra hija o la novia quede embarazada, estoy hablando sobre todo si son menores de edad.

Por lo que yo he visto a través de los años si los papás deciden casarlos, la mayoría de las veces fracasan antes del año.

En cambio, si se les hace ver que es una gran responsabilidad traer un hijo al mundo, que necesita una madre y un padre responsables, maduros y en una relación estable; si se les acoge  a cada uno y se les deja vivir en su casa con sus papás y hermanos; y esto es muy importante, sin tener relaciones sexuales, la mayoría de las veces al pasar el tiempo, se casan. Es más, hay que hacerles ver que si ya fueron “responsables y maduros” para tener relaciones sexuales, que demuestren que son ” responsables y maduros” para estarse cada quien en su casa, cuidar al bebe y fortalecer su amor.

Este consejo se lo dió un sacerdote a una prima que su hija salió embarazada y pasaron 5 o 6 años más o menos en que cada uno vivió en su casa, acabó de estudiar, se fortaleció su amor y al final se casaron; y ahora son una familia estable y sus hijos, que ya son dos, viven dentro de un hogar hecho y derecho.

Hay que hacernos responsables de nuestros hijos, sobre todo si no han acabado sus estudios, que es la mayoría de las veces, apoyarlos en que los acaben, que trabajen y ya luego si se siguen queriendo, que tomen la decisión de casarse.
Esto ya sé que no es fácil, pero es lo que más protege al bebé y a la nueva familia que empezará en unos años.

En esa edad traen tan fuerte la calentura que es en lo único que piensan, juntarlos otra vez es consentir en que estén cono animalitos y correr el riesgo de que se embaracen otra vez y que su error y su fracaso sea cada vez más grande, ahora ya no con un hijo sin familia, sino con dos!

Lo hecho, hecho está, hay que unir en lugar de desunir, hablar bien de ellos, aceptar a la futura familia política, a la futura o futuro nuera o yerno; hay que ser inteligentes y de un mal lograr un bien, no hay que cometer errores que en vez de mejorar las cosas las empeoren.

Ni modo hay que salir de nuestro egoísmo, de nuestra zona de confort, sabiendo  que de nuestra actitud y decisiones hechas con madurez, depende un bebé y una nueva familia.

Si nos llega la tristeza, la desesperación, la decepción, hay que buscar ayuda, solos no podemos, si somos personas de fe, buscar la ayuda de Dios; los sacerdotes están muy bien preparados para ayudarnos.

Hay que reflexionar para que nos caiga el veinte y ubicarnos de que nosotros somos sus padres, de que si no somos nosotros, quién con todo el amor del mundo los va a acoger como nosotros.

Debemos de procurar querer al novio o a la novia  y sobre todo al bebé y seguir fomentando la buena relación entre ellos y su familia política. Hablar claramente con los papás del que no es nuestro hijo y poner reglas para que exista la mejor convivencia posible.




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Isabel Orendain

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