Cultura de hacer el bien

Qué triste sería acabar nuestra vida sin haber dejado una huella positiva donde nos tocó vivir.

El otro día estaba en una reunión y se empezó a hablar muy mal de nuestro país, de la situación de inseguridad, de las diferencias sociales. Para mí, criticar a tu propio país es escupir para arriba, te dañas a ti mismo y te criticas a ti mismo.

México es un gran país. Comparado con el resto del mundo es un país lleno de bondades, pero también lleno de necesidades. A todos los mexicanos nos toca poner nuestro granito de arena y mejorar algo de nuestro entorno.

No nos podemos nada más quejar y quedarnos con los brazos cruzados. Hay que salir de nuestra zona de confort. Nos podemos poner a pensar y decir: no soy servidor público, no soy millonario, no soy la Madre Teresa de Calcuta; yo que voy a hacer. Claro que sí podemos hacer.

Aquí en Zacatecas por ejemplo, cerca de las vías del ferrocarril se ponen a pedir limosna las personas que van de paso. Los vecinos del lugar juntan comida, agua y ropa y se las llevan constantemente.

De lo que nunca nos vamos a arrepentir es de hacer el bien. Qué triste sería acabar nuestra vida sin haber dejado una huella positiva donde nos tocó vivir.

Hay que reflexionar y ver que siempre hay lugares en donde hacer el bien; dentro de la casa, dentro de la colonia o comunidad, dentro del estado.

Hacer el bien dentro de la casa es procurar siempre la armonía familiar, tratar con amor a nuestros familiares, tenerles paciencia, no hacerlos menos, hacer con gusto el quehacer que me toca.
Hacer el bien dentro de la colonia o comunidad es ayudar a un vecino en necesidad, visitar y si lo necesita ayudar a una viuda, visitar a algún enfermo.

Hacer el bien en el estado, es ayudar en un hospital, en un asilo, en un orfanato; cooperar con algunas instituciones o en nuestras iglesias llevando despensas o ropa usada en buen estado para las comunidades más pobres.

Un consejo que una vez me dieron para hacer el bien fuera de la familia, es no picar en muchos lados, pues el que mucho abarca poco aprieta, sino proponernos a ayudar en algo específico. Si es al hospital siempre al hospital, si es en la parroquia siempre en la parroquia. Hacerle así como los vecinos de las vías del ferrocarril.

Si estás muy complicado y no tienes tiempo para ayudar así, hay muchas posibilidades de ayudar a tus compañeros de trabajo, en la calle, en los semáforos.

Hay que estar con las antenas bien puestas y estar atentos ante tantas necesidades. Si queremos tener un México mejor, un país mejor hay que dar el ejemplo principalmente a nuestros hijos y contagiar a nuestros amigos para crear esta cultura de hacer el bien.




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Isabel Orendain

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