Creerle a los doctores

El otro día estaba en un bautizo y me encontré a un chavo que no veía desde antes de la pandemia, le pregunté por su papá porque como que recordaba yo que no estaba tan bien de salud y me dijo: ” ay sí mi papá no hubiera cortado su medicina porque se sentía bien no le hubiera pasado lo que le pasó”; entonces ya le pregunté bien y me dijo que su papá hace como 10 años había estado muy malo del corazón, le había dado un infarto, le recetaron sus medicinas para toda la vida y después de algunos años que ya se sentía muy bien él solito se quitó la medicina sin pedirle permiso al doctor y le dió una embolia tan fuerte que ya ahorita nada más está en silla de ruedas, me enseñó una foto y me dio mucha tristeza porque él era fuerte y gordo y ahorita está delgadísimo y le tienen que hacer todo porque quedó hemipléjico. El otro caso es del esposo de mi prima que también le había dado un infarto se sintió bien ya con los medicamentos y él también sin el permiso del doctor solito los dejó y al tiempo se murió de un infarto fulminante.

Otro caso que es todo lo contrario, es de una persona que estaba de viaje y se le olvidaron sus medicinas de la presión y su familia la tachó de exagerada porque desde ahí le habló a su doctor y movieron cielo mar y tierra para poder conseguir la medicina en donde ella estaba, pero después de analizar los otros dos casos le damos la razón pues seguro se libró de una enfermedad posterior o incluso de la muerte.

Hay que reflexionar y ver que hay que creerle a nuestros doctores en el tiempo que hay que tomar los medicamentos, no porque nos sintamos bien quiere decir que ya nos podemos quitar las medicinas, hay que ser obedientes si queremos tener una larga y buena vida; reflexionar también que los doctores estudian muchísimos años para dar sus diagnósticos y dar las medicinas adecuadas, y las compañías farmacéuticas invierten millones de dólares y mucho tiempo en las medicinas que curan las enfermedades.