Entendimiento Bicentenario

Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.
Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.

La llamada “Iniciativa Mérida”, fue un pacto de cooperación entre Estados Unidos y México que entró en vigor en 2008, diseñado para combatir el narcotráfico y el crimen organizado para un período de tres años, plazo que fue prorrogado hasta la fecha y durante su vigencia el Congreso Estadounidense le asignó fondos por 3,300 millones de … Leer más

La llamada “Iniciativa Mérida”, fue un pacto de cooperación entre Estados Unidos y México que entró en vigor en 2008, diseñado para combatir el narcotráfico y el crimen organizado para un período de tres años, plazo que fue prorrogado hasta la fecha y durante su vigencia el Congreso Estadounidense le asignó fondos por 3,300 millones de dólares, pero su efectividad ha sido duramente cuestionada por sus escasos resultados y por ser eminentemente asistencialista.

 

El viernes pasado se reunieron el Secretario de Estado de los Estados Unidos Antony Blinken y el Canciller mexicano Marcelo Ebrard, quienes informaron que ésta alianza será renovada con un enfoque más integral orientada a propiciar la cooperación para el desarrollo con inversión de recursos en zonas marginadas.

 

Este nuevo acuerdo se denominará “Entendimiento Bicentenario”, para conmemorar el doscientos aniversario de la consumación de la independencia de México, que se cumplió  el 27 de septiembre pasado.

 

El próximo primero de diciembre deberá presentarse un plan en el que se contemplen las acciones que se van a llevar a cabo por los gobiernos de ambos países durante los próximos tres años. Un nuevo capítulo en la cooperación bilateral México – Estados Unidos en materia de seguridad, migración, salud y desarrollo, en el que cada país deberá reconocer las causas que debe atender, dejando de medir la eficacia por el número de detenciones, y medir la disminución del consumo y del tráfico de armas, por un lado, y la disminución de la violencia, el tráfico de estupefacientes, el lavado de dinero, la corrupción y la impunidad del otro lado, con un empate de prioridades en atención a las causas, para construir oportunidades de desarrollo para los jóvenes, dando cauce a la solución de sus problemas.

 

El plan deberá contener acciones en el que se contemplen tres grandes objetivos comunes, que son: 1) Proteger a la población; 2) Prevenir la delincuencia en la zona fronteriza y 3) Desmantelar las redes criminales, y el éxito no deberá medirse por el número de detenciones, sino por la reducción de la violencia, la disminución en adicciones y consumo de drogas, la disminución del tráfico de armas y el lavado de dinero, así como en acciones para prevenir el delito, y una política migratoria con sentido humanista. ¡Esperemos a ver el Plan!




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