Enriquecedora experiencia educativa

Huberto Meléndez Martínez.
Huberto Meléndez Martínez.

Dedicado a Paulita Rangel Calvillo, una alumna prototipo desde Educación Primaria. Terminado el recreo de aquel día, en el mes de octubre otoñal, el maestro fue llamando a sus alumnos, quienes entusiastas habían aceptado la comisión de atender la cooperativa escolar. Niñas y niños hicieron fila frente al escritorio y uno a uno entregaron el … Leer más

Dedicado a Paulita Rangel Calvillo, una alumna prototipo desde Educación Primaria.

Terminado el recreo de aquel día, en el mes de octubre otoñal, el maestro fue llamando a sus alumnos, quienes entusiastas habían aceptado la comisión de atender la cooperativa escolar.

Niñas y niños hicieron fila frente al escritorio y uno a uno entregaron el importe de los productos vendidos.
La aplicada del grupo, era notoriamente hábil con las cuentas y estuvo acompañando al profesor, verificando nombre del alumno, número de artículos vendidos, importe de entrega y cantidad en existencia.

Algo que extrañó al docente fue que cada escolar que colaboró en la venta, fue regresando a su pupitre llevando consigo la bolsa de dulces o golosinas restantes.

Por favor traigan las mercancías, para seguirlas ofreciendo mañana”, sentenció al grupo.

No maestro”, dijo la pequeña Paulita, “que se los lleven para venderlos por la tarde y mañana traigan el dinero”.

Hubo cierto desconcierto en el mentor, pues su experiencia previa consistía en comercializar esos enseres únicamente durante el receso. Pensó que permitir a los pupilos llevar esa responsabilidad a casa, podría generar conflictos con los tutores, pero luego entendió que, en la historia de la escuela, alguno de sus antecesores había aplicado esa forma de manejar la “tiendita escolar”, con muy buenos resultados, pues madres y padres de familia estaban de acuerdo en que sus hijos atendieran esa tarea por la tarde, ofreciendo los productos entre los vecinos de la comunidad.

Él no se había dado cuenta que de esa forma estuvieron participando los demás grupos, porque las actividades diarias de preparación de clases y elaboración de materiales didácticos le sustraían el tiempo.

Aunque los mismos niños querían participar diariamente, el docente fue relevando cada día, a fin de lograr prácticamente la colaboración de todos, durante esa semana.

En los propósitos educativos se fortaleció el dominio de las operaciones aritméticas, consiguieron mejor desenvolvimiento social, se fomentó la participación y competencia entre los grupos por conseguir una mayor ganancia. En cuanto fueron aprendiendo a leer, lograron hacer mejor el registro de cantidades.

El Director de la escuela había elaborado el rol, empezando con el grupo de sexto grado, luego el de quinto y así sucesivamente, dando oportunidad a que los de primero fueran incorporándose a las diversas actividades escolares en su momento.

A fin de año, el reparto de las utilidades fue particularmente atractivo, gracias también a la administración eficiente de los recursos.

Actualmente un gran número de escuelas tiene problemas con el manejo y funcionamiento de sus sectores, debido principalmente a la falta de una buena administración, de transparencia y cultivo de una cultura de rendición de cuentas a sus comunidades educativas. En algunos comités permea la doble moral, la simulación.

No hay congruencia entre los informes documentales y el manejo. Adicionalmente establecen cuotas que son altas e inequitativas para familias vulnerables, generando crisis en las relaciones internas, tanto de directivos con docentes, como hacia las Asociaciones de Padres de Familia.

*Director de Educación Básica Federalizada




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