
Opinión José Antonio Rincón
En la contienda habrá dos coaliciones: la de morena, partido del Trabajo y partido Verde y la que integran el PAN, PRI y PRD, pues MC va en solitario.
La etapa del proceso electoral que está en curso para definir candidaturas a cargos públicos federales y estatales es de suma importancia, excluyendo las relativas a la presidencia de la República, que ya están definidas por las fuerzas políticas con registro oficial.
Ya tenemos claro que en la contienda habrá dos coaliciones: la de morena, partido del Trabajo y partido Verde y la que integran el PAN, PRI y PRD, pues MC va en solitario.
A ese tipo de uniones las rige el convenio de coalición que celebran y registran ante la autoridad electoral, lo que a veces se torna complejo por todos los aspectos que abarca.
Uno de esos aspectos, con independencia de si la coalición es total, parcial o flexible, es la que tiene que ver con el siglado, es decir determinar en el clausulado del convenio a qué partido de los que forman la unión, corresponde proponer la candidatura en tal o cual distrito, tratándose de diputados o las fórmulas para las senadurías
El siglado debe compaginarse desde luego con las reglas de parida entre otras.
Evidentemente el siglado se inscribe en la autodeterminación de los partidos políticos, principio que consagra la constitución.
La decisión del siglado, como es natural, es un espacio que implica estrategia política de los partidos con miras a la conquista del poder y por tanto la designación de las candidaturas desborda las pasiones, donde salen a relucir intereses y los pleitos están a la orden del día.
El juego tiene reglas y una de ellas permite que el siglado cambie hasta antes del registro de las candidaturas, lo que evidentemente repercute en los prospectos, pues para algunos puede ocurrir que del plato a la boca se cae la sopa.
En nuestro estado el siglado, particularmente en las formulas al senado, coloca a los agraciados, pero sobre todo a las agraciadas si se sigue la regla de alternancia entre los géneros, en la línea de salida para la próxima gubernatura, ingrediente éste que obviamente le imprime mayor énfasis, pasión, intensidad y complejidad a las contiendas internas.
En ese panorama se puede entender la lucha cruenta por obtener candidaturas, porque nada menor es lo que se juega.
La lucha por las candidaturas dejará heridos sin duda, particularmente en el partido oficial morena, que tiene la mejor intención de voto, de manera que aún falta por ver cómo queda el panorama de contendientes y si los no favorecidos vayan a parar a las filas opositoras, que están ávidas para cachar candidatos. Pronto conoceremos el desenlace, de modo que atentos estaremos.