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Huberto Meléndez Martínez

El niño grande

El niño grande

Huberto Meléndez Martínez.

A Primitivo Torres Medrano, colega y amigo desde la adolescencia   Habría varias explicaciones para comprender las razones por las cuales aquel niño de 9 años apenas cursaba 2° grado de Primaria. Capacidad de retención efímera, decían algunos profesores; distraído, afirmaban sus tutores; juguetón, manifestaban sus familiares más considerados; peleonero dijeran los compañeros. Eran recurrentes … Leer más

Huberto Meléndez Martínez
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1 de febrero 2022

A Primitivo Torres Medrano, colega y amigo desde la adolescencia

 

Habría varias explicaciones para comprender las razones por las cuales aquel niño de 9 años apenas cursaba 2° grado de Primaria.
Capacidad de retención efímera, decían algunos profesores; distraído, afirmaban sus tutores; juguetón, manifestaban sus familiares más considerados; peleonero dijeran los compañeros.
Eran recurrentes las quejas en su contra “Javier me pegó, maestro”, “ Profe, El niño grande me está molestando”, inesperadamente algún condiscípulo aparecía en el suelo y el alumno, con cara de ingenuidad expresaba “No me fijé”, mientras tenía estirado algún pie fuera de su pupitre.
Esas actitudes abonaron a los calificativos no deseables como aprovechado, abusivo, bravucón, entre otros más: era incumplido en las actividades escolares, no llevaba tareas, tenía incompletos sus útiles, prefería jugar que atender la clase, etc.
Cuando le llamaba la atención por molestar a sus condiscípulos.: “Javier, ¿Qué le hiciste a tu compañero?”.
– “Yo no soy Javier, yo soy ‘El loco’, no me diga Javier”. Respondía.
Queriendo explorar un rol de comunicación de su nivel, para reconocer el tipo de respuesta y empezar a construir un código de relación, el maestro cambió la pregunta: “‘Loco’, ¿Qué le hiciste a tu compañero?”.
Contestaba, “Yo no soy ‘El loco’ yo soy Javier”, pretendiendo confundir a su profesor.
¿Cómo abordar un caso así, para incluirlo en la dinámica escolar ordinaria?. Estigmatizarlo fue factor decisivo en la adquisición de ese carácter rebelde.
Guardó para si sus impresiones y prefirió considerarlo como una persona falta de atención, aceptar sus actitudes como travesuras de alguien con vacíos emocionales.
Decidió convertir “el problema” en un reto profesional. Además, el mentor aspiraba a tener un buen desempeño por convicción personal y garantizar su permanencia en San José de las Trojes, porque estaba ubicado cerca de su lugar de residencia.
Con paciencia y dedicación hacia el alumno, al advertir su inteligencia, ver que le gustaba terminar rápido y tener tiempo para hacer travesuras, gradualmente fue encomendando pequeñas tareas para mantenerlo ocupado, Así, el docente estuvo atento a ello.
Lo mandaba a la tienda a adquirir algún artículo, le pedía ir por los demás salones a tomar datos para el registro de asistencia, le decía que fuera a otras aulas a recoger la basura y llevarla al depósito general, para que su grupo se distinguiera con el banderín de higiene, lo comisionaba enviándolo a la dirección a suministrar los gises a las demás maestras, le instruyó cómo cambiar la manguera del agua para regar los árboles. Ingenio, creatividad, versatilidad, conceptos siempre activos en la mentalidad del profesor Primitivo, hasta convertirse en el maestro favorito del muchacho.
Desde el principio decía que a él no le gustaba el estudio, que aprendiendo las operaciones básicas dejaría de ir, pero siguió asistiendo hasta terminar la Primaria, logrando ser un buen alumno.
Hay personas con bases sólidas adquiridas en la familia, otras, su última oportunidad de realización es encontrar un buen docente, asistir a la escuela.

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