
Opinión Jaime Casas Madero
En las últimas semanas, las encuestas han demostrado que el resultado no será previsible a simple vista.
El día de hoy, se llevará acabo los comicios para elegir al cuadragésimo séptimo presidente o presidenta de los Estados Unidos de América, cuyo resultado generará la definición de grandes retos en la perspectiva mundial que van desde la nueva conformación geopolítica en el planeta y la seguridad en el mundo, el futuro del dólar frente a los BRICS, el destino de la economía mundial y quizá lo más importante para nuestro país la relación bilateral México-EUA.
En las últimas semanas, las encuestas han demostrado que el resultado no será previsible a simple vista, ya que Harris y Trump se han mantenido empatados en los resultados de preferencia preliminares donde estados como California, Texas, Florida y Nueva York serán decisivos para el resultado de la elección, no obstante ello, el pronóstico como dijimos, es de reserva en razón de que Harris ha tenido un desempeño inusitado en la contienda y sobre todo con el voto latino, lo que hace que las cosas no sean seguras para Trump como el suponía cuando su contrincante era Biden.
Estas elecciones se perfilan para ser un evento crucial no solo para los estadounidenses, si no para el resto del mundo, pues como sabemos la fragilidad en la que se encuentran algunos conflictos bélicos en Asia, medio Oriente, Ucrania, dependen en mucho del resultado de este proceso electoral debido a que simple y llanamente los Gringos los crean, los generan como estrategia económica, bélica o de perspectiva geopolítica que beneficia a sus intereses en cada una de estas regiones.
Ahora bien, en América la perspectiva es diferente, pues los Gringos están luchando contra algunos países, entre ellos el nuestro para frenar el crecimiento de la economía china que estratégicamente ha resultado más exitosa y cada día su influencia es más importante ya que está invadiendo el mercado de la industria automotriz principalmente y que ha afectado de manera significativa a la economía y a la industria americana.
Pero… ¿qué pasa con México y cual sería nuestro futuro si gana uno u otra? Pues las repercusiones principalmente se verán en el ámbito de la economía, la migración y la política en materia de lucha contra el crimen organizado, amén de las relaciones bilaterales que seguramente tendrán un impacto sensible, pero significativo por las características propias de los personajes que estarán al frente.
Por un lado, el partido republicano con el excéntrico Donald Trump, quien ya fue presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y además perdió las pasadas elecciones ante un debilitado Biden, con sus posturas misóginas, racistas e inflexibles y arrogantes, externando discursos radicales, restrictivos y de odio hacia los mexicanos y en general hacia los latinos que entran a ese país en búsqueda de una alternativa de vida mejor en búsqueda del sueño americano.
Por otro lado, una emblemática figura del partido demócrata, la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien externa una visión más conciliadora hacia nuestro país, donde se prevé el dialogo en temas como la inmigración y el desarrollo económico conjunto, solucionando problemas desde la raíz.
Dos visiones de nación diametralmente distintas, que seguramente nuestra presidenta Claudia Sheinbaum y el canciller Juan Ramón de la Fuente estarán atentos a los resultados y previendo cada uno de los escenarios posibles para trabajar con quien el pueblo de aquel país decida esta noche, si será presidenta o presidente para los próximos cuatro años, nada fácil, ni para México, ni para el mundo.