
Jaime Santoyo Castro.
Desde hace tiempo, los zacatecanos venimos siendo lastimados particularmente por declaraciones irresponsables de las autoridades de las entidades vecinas, que lejos de atender a su compromiso para atenuar las causas y efectos de la inseguridad y actividad delictiva en los territorios que gobiernan, de forma ligera afirman que los delincuentes proceden de Zacatecas y hasta … Leer más
Desde hace tiempo, los zacatecanos venimos siendo lastimados particularmente por declaraciones irresponsables de las autoridades de las entidades vecinas, que lejos de atender a su compromiso para atenuar las causas y efectos de la inseguridad y actividad delictiva en los territorios que gobiernan, de forma ligera afirman que los delincuentes proceden de Zacatecas y hasta hablan de blindar sus fronteras. Émulos de Trump como son, sólo falta que quieran levanten un muro.
Vaya manera fácil de salir del atolladero¡¡¡ lavarse las manos culpando a los demás de sus incapacidades y fracasos no es buena forma de gobernar.
Quien afirma debe probar, y me parece que quienes atribuyen origen zacatecano a los delincuentes de un estado vecino, deben tener información precisa de los domicilios de estos, y quizá sepan también sus nombres, lo que sería interesante que revelaran, pues eso contribuiría a disminuir sus pesares. Como se dice en el argot procesal: “les resulta cita”, así es que bien harían los fiscales y jueces del conocimiento de cada caso criminal, llamándolos a declarar.
Pero no sólo nos pasa a los zacatecanos con los gobernadores de Aguascalientes y Durango. Lo mismo le sucede a los Jaliscienses, que son acusados ahora por el Gobernador de Michoacán, y a los Tamaulipecos con autoridades de Nuevo León. Parece que es moda culpar a los vecinos, aunque debemos tener cuidado y parar ese tipo de afirmaciones que no sólo no contribuyen a resolver el grave problema de inseguridad, sino que pueden incentivar guerras intestinas entre mexicanos de una entidad con otra y que a su vez esto se reproduzca entre municipios.
En Aguascalientes y Durango viven muchos zacatecanos, y existen muchos nexos comerciales y de amistad; hay una relación fraterna con la gente de ambas entidades. Muchos zacatecanos acudimos a esas entidades con frecuencia con motivos lícitos, y nos ofende que con esas expresiones nos descalifiquen. Los zacatecanos a través de los años hemos dejado constancia de ser gente de bien, trabajadores y honestos, en el campo y en las ciudades de México, de Estados Unidos y de otras partes del mundo. No somos defensores ni exportadores de delincuentes. Somos mexicanos y como tales merecemos respeto. Saludos a los amigos de Aguascalientes y Durango.