
Isabel Orendain
Todos tenemos, y muchos queremos, mejorar el mundo y no sabemos cómo, lo que necesitamos es poner nuestro granito de arena.
Se dice por todos lados que estamos en unos tiempos difíciles de muchos cambios y en el ambiente se nota mucha inquietud, mucho pesimismo; no hay que dejarnos vencer por esto, nos tocó vivir esta parte de la historia y todavía tenemos mucha vida y hay mucho por hacer, hay que darnos cuenta de que estamos viviendo un reto más y no podemos hundirnos sino ver y valorar lo que de verdad vale.
Casi toda la gente ve hoy noticias y lo que vemos es una parte pequeña de la realidad, pues también tenemos nuestra realidad personal y familiar que casi siempre es muy distinta y mejor que lo que vemos en las noticias. No nos vaya a pasar como a la hermana de una amiga que desde que la conozco lo único que hace es preocuparse por lo que ve en las noticias y nada más reniega y no es feliz, no ve el otro lado de la moneda que es su vida de familia, sus hijos, su esposo, su paz, su libertad; si somos como ella los años se nos pueden ir sin disfrutar lo que realmente vale la pena.
Hay que reflexionar para no caer en las garras de los periodistas que nada más buscan noticias amarillistas para vender y no dan el lado bueno de las noticias del mundo; como dice Facundo Cabral “los ríos siguen corriendo en la misma dirección, los bosques siguen en su lugar, los elefantes siguen jugando, los animales y las flores siguen naciendo, el sol y la luna siguen saliendo”; y como dice también la canción de Julio Iglesias “al final las cosas quedan la gente se va, unos que nacen otros morirán la vida sigue igual”…
A veces me pongo a pensar que si no vemos las noticias ni pasa nada y nada más nos cambia el humor, la vida se nos afecta negativamente y no somos felices porque se nos pone la venda del desánimo y el pesimismo en los ojos y en realidad no vemos ni valoramos lo bueno que es vivir, ni nuestra verdadera realidad.
Todos tenemos, y muchos queremos, mejorar el mundo y no sabemos cómo, lo que necesitamos es poner nuestro granito de arena y una forma muy fácil es hacer lo que nos dice la madre Teresa de Calcuta que “si en verdad queremos un cambio en la sociedad vamos a nuestra casa a hacer felices a los nuestros porque el cambio empieza en la familia”.
“La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz.”