“Va el pastor con su rebaño” en la colonia Lázaro Cárdenas

ZACATECAS.- A tan solo unos cuantos pasos de las serranías colindantes con la colonia Lázaro Cárdenas todavía son tierras fértiles donde los últimos pastores de la zona sacan a pastar a su rebaño.

Estas tierras aún se resisten al avance propio del desarrollo urbano, así como son muestra de que aún hay mucha gente que se mantienen del campo en nuestra ciudad.

Al circular por la vialidad Manuel Felguérez, a lo lejos, en medio del monte y a los pies de un basurero clandestino, se pueden observar decenas de ovejas como si formaran una enorme cobija de lana, comiendo lo que la tierra fértil les da.

Cinco perros pastor australiano están al pendiente de ellas yendo de un lado para otro cuidando al ganado.

En medio del rebaño, está el pastor disfrutando la tranquilidad del cerro, contando sus ovejas mientras sus perros las cuidan.

Al bajar por caminos estrechos, las ovejas se amontonan y forman un nudo de lana muy agradable a la vista del espectador.

Esta es la vida campirana que persiste adentro de las ciudades y que se niega a desaparecer ante el crecimiento urbano que se abre paso entre cerros y montes.

El campo es cultura

Lejos de hacernos creer que nuestro Zacatecas es un lugar retrasado porque aún persisten estas actividades, deberíamos sentirnos orgullosos en que todavía perduran estos estilos de vida que enriquecen y diversifican nuestro bagaje cultural.

Conviene recordar que la palabra “cultura” proviene de “cultivar”, que es una actividad netamente de campo.