Ser las familias que el mundo necesita

El pasado 5 de marzo fue el día de la familia, esto me invitó a la siguiente reflexión: Todos sabemos cómo está el mundo, nos quejamos de que ya no hay valores, observamos que los medios de comunicación pasan más cosas negativas que positivas, y a la vez todos estamos deseando y queriendo  un mundo … Leer más

El pasado 5 de marzo fue el día de la familia, esto me invitó a la siguiente reflexión: Todos sabemos cómo está el mundo, nos quejamos de que ya no hay valores, observamos que los medios de comunicación pasan más cosas negativas que positivas, y a la vez todos estamos deseando y queriendo  un mundo mejor.

No hay que esperar a que sucedan milagros o a que otros hagan los cambios, nosotros tenemos que luchar por un mundo mejor; no tenemos que irnos muy lejos para lograrlo, hay que empezar por nuestra casa, por nuestra familia, pues ya es bien sabido que la familia es la célula de la sociedad.

Si cada familia fuera lo que debe de ser, el mundo cambiaría; si tú mujer luchas diariamente por ser una verdadera mamá y tú hombre luchas diariamente y actúas como verdadero papá, los hijos se sentirán protegidos, acogidos, respetados, educados, seguros dentro de su familia. 

No hay que confundirnos, es en la familia en donde se deben de vivir los auténticos valores y quién sino los papas somos el ejemplo a seguir. Debemos de luchar por la armonía y la paz dentro de las familias y no sustituir el verdadero cariño y amor con cosas materiales, no hay que caer en el juego de justificarnos nosotros solos nuestras ausencias malcriando a los hijos con regalitos.

En la familia se deben de vivir, entre muchos otros, los valores como la alegría, la generosidad, la honestidad, el perdón, la comunicación, el diálogo, la tolerancia, la congruencia, la gratitud, el sacrificio, la bondad, la fe…

Si te analizas y ves que el tiempo se te ha ido, que la vida ha pasado muy rápido, no te desanimes ¡Hoy es el día para empezar el cambio!, y te aseguro que si empiezas y luchas todo se va a ir dando poco a poco.

El amor y el cariño seguro allí están, pero lo que falta es la voluntad. Hay que salir de nuestra zona de confort y empecemos hoy a cambiar algo, algunas sugerencias son:

Si grito mucho, voy a gritar la mitad; si me peleo con frecuencia voy a pelear la mitad; si no abrazo ni beso a mis hijos ni a mi esposa o esposo, empezar hoy y aumentarlo cada día, y así lo que cada quien se vaya proponiendo.

Hagamos equipo con nuestro cónyuge, hagamos equipo con Dios, solos no podemos, busquemos un momento de comunicación y decidámonos a empezar.

Imagen Zacatecas – Isabel Orendain




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