El primer tiempo con tu bebé fuera de la panza (conocido como puerperio) es un tiempo crítico, pues en este período, toda mamá experimenta cambios hormonales que alteran el ánimo. Además, el esfuerzo que requiere el cuidado de un recién nacido puede ser más del que se esperaba, por eso es importante tener la ayuda … Leer más
El primer tiempo con tu bebé fuera de la panza (conocido como puerperio) es un tiempo crítico, pues en este período, toda mamá experimenta cambios hormonales que alteran el ánimo.
Además, el esfuerzo que requiere el cuidado de un recién nacido puede ser más del que se esperaba, por eso es importante tener la ayuda del papá y de otras personas para aliviar las tareas. Durante esos días, no debes tener más preocupaciones que ocuparte de ti y tu bebé.
Probablemente quieras mostrarle tu hermoso pequeño a todos tus amigos y familiares, pero encontrarte con la casa llena de invitados durante los primeros días no es la mejor idea.
Durante ese tiempo estarás conociendo a tu bebé y te sentirás muy cansada, por lo tanto, es necesario tener una planificación de las visitas.
Si varias personas desean ir a verte a ti y al pequeño el mismo día, tal vez debas pedirle a algunos de ellos que cambien de día y horario. También tienes derecho a pedir que nadie vaya a tu casa, si así lo prefieres.
A la hora de alimentar a tu pequeño debes considerar que su estómago es pequeño, por lo tanto necesita ingerir alimentos en pocas cantidades, ¡pero con mucha frecuencia!
Un recién nacido puede comer de ocho a 12 veces al día. Su demanda puede ser extenuante para la mamá: a pesar de que la cantidad que ingieren es poca, pueden pasar largo tiempo en el pecho.
Por este motivo es importante que hagas todo lo que necesites antes de sentarte a amamantar (ir al baño, buscar un vaso de agua) para poder disfrutar este tiempo de conexión con tu bebé.
En algunos casos, la lactancia puede ser dificultosa al principio: puede que tu bebé tarde en acostumbrarse o que tus pezones se lastimen y sientas mucho dolor. Si esto te sucede, puedes utilizar una crema de caléndula para fortalecer tu piel.
Es importante que te olvides de tus horarios habituales para dormir y levantarte porque es prácticamente imposible cumplirlos con un pequeño en casa, pues los recién nacidos duermen unas 16 horas por día, aunque por lo general se despiertan cada 1 o 2 horas.
Intenta dormir o relajarte mientras el bebé lo hace: aprovecha cada momento.
Algo que debes saber es que cuando los bebés están descansando pueden respirar rápidamente, hacer una breve pausa y luego empezar a respirar de nuevo. Esto puede ser desconcertarte, pero es absolutamente normal.
Durante la primera o segunda semana no requerirás de la bañera de bebé. Unos paños húmedos o toallitas higiénicas serán suficientes para mantener limpia la piel de tu pequeño.
Tal vez te sorprenda notar que el recién nacido no tiene una piel suave y perfecta, pero esto es absolutamente normal. Ellos pueden tener irritaciones menores o costra láctea que se quitan con el tiempo.
*Con la información de www.latam.discoverymujer.com
Imagen Zacatecas – Redacción