Los rurales, antes de junio

Diciembre de 1912. El general Cándido Aguilar, comandante del 38 cuerpo de rurales, combate con denuedo a los rebeldes orozquistas que operan en Zacatecas. Exitoso en su dirección, valió para ser premiado con la condecoración de la Cruz de la Tercera Clase del Mérito Militar. El premio le sería impuesto en febrero de 1913. Pero … Leer más

Diciembre de 1912. El general Cándido Aguilar, comandante del 38 cuerpo de rurales, combate con denuedo a los rebeldes orozquistas que operan en Zacatecas. Exitoso en su dirección, valió para ser premiado con la condecoración de la Cruz de la Tercera Clase del Mérito Militar.

El premio le sería impuesto en febrero de 1913. Pero no fue así. Aguilar enfermó de pulmonía; debió ir donde su madre a Veracruz; luego, en los aciagos días de la decena trágica, fue a la capital del país para defender a Madero. Allí le acompañó Pedro Caloca.

Enero de 1913. Fortunato Maycotte, Trinidad Cervantes, Pánfilo Natera, Santos Bañuelos son parte de los oficiales de los cuerpos de rurales que repelan a los orozquistas. Los combaten en el norte y el occidente de Zacatecas.

Febrero de ese año normal. Las facciones de liberales, católicos y maderistas están inmersas en el proceso electoral para renovar el poder Ejecutivo estatal. Es tanto su afán, que no atendieron la sublevación contra Madero. Tampoco reaccionaron cuando el exgobernador porfirista Jesús Aréchiga fue designado jefe de las armas.

Lo que sí: repudiaron las sublevaciones antihuertistas de los gobernadores de Coahuila y Sonora.

Marzo, sin idus. Los cuerpos de rurales siguen en lo suyo: repelan a los orozquistas. Aunque los rebeldes se van amnistiando. El caso más elocuente es Benjamín Argumedo. En Ojocaliente quebró sus armas y pasó a la vetusta Zacatecas para mostrar lealtad al régimen huertista. Lo atendieron el general Aréchiga y el gobernador en turno.

Abril. Florece la rebelión antihuertista. La tea encendió en Concepción del Oro. Al saber del golpe de Estado, los maderistas de allí desconocieron el gobierno de Huerta.

En Villa de Cos, el 28 de febrero, el jefe de los rurales, Fortunato Maycotte, encabezó la sedición. Entonces el norte semidesierto zacatecano ardió con violencia. El cabecilla principal fue el minero Eulalio Gutiérrez, a la sazón presidente de Concha del Oro.

El jueves 10 de abril se levantó en armas la guarnición de rurales de Nieves. Los políticos católicos declamaron a Santos Bañuelos como el instigador. El jefe de esa fracción del 26 cuerpo de rurales era el capitán Pánfilo Natera.

Con la rebelión de Nieves, la vorágine armada se expandió. Débil el gobierno estatal e incapaz la jefatura de las armas para operar con eficacia la defensa, Zacatecas fue convertida en otra región inmersa en la guerra civil de México.

Imagen Zacatecas – Marco Antonio Flores Zavala




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