Deseado por todos; Historia dorada del Oscar

LOS ÁNGELES.- La historia la escriben los ganadores y en el caso del Oscar, lo hace con tinta dorada que pareciera no diluirse en el tiempo, sino que, por el contrario, deja una estela brillante que trasciende los años. Esta noche la premiación más glamurosa del mundo festeja 90 años de aquella primera edición realizada … Leer más

LOS ÁNGELES.- La historia la escriben los ganadores y en el caso del Oscar, lo hace con tinta dorada que pareciera no diluirse en el tiempo, sino que, por el contrario, deja una estela brillante que trasciende los años.

Esta noche la premiación más glamurosa del mundo festeja 90 años de aquella primera edición realizada en 1929 en el Hollywood Roosevelt Hotel de Los Ángeles, donde la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos honró a las mejores películas realizadas en 1927 y 1928 con una discreta cena privada para 270 personas en la que se vendieron las entradas a 5 dólares cada una.

Muchas cosas han pasado desde entonces. Demasiadas. Empezando por la llegada del sonido, el color y la tercera dimensión al cine, y terminando con los tiempos de captura y proyección digitales que ahora dominan en la industria.

En el medio, está una emotiva y a veces polémica premiación que ha sido calificada de banal, tendenciosa y política, pero que sigue cumpliendo su cometido de celebrar al cine, y que ahora, muestra una apertura nunca antes vista ante el embate de los artistas cinematográficos de todo el mundo.

Alas (Wings), la película muda bélica dirigida por William A. Wellman se convirtió en la primera producción en recibir la estatuilla diseñada por Cedric Gibbons y el escultor George Stanley, quienes, según cuenta la leyenda, tuvieron como modelo al cineasta mexicano Emilio Indio Fernández.

Pero en ese entonces no se llamaba Oscar, un apodo que recibió entre 1932 y1933, cuando Margaret, secretaria ejecutiva de la Academia, lo bautizó de esa manera al ver la similitud que la estatuilla tenía con su tio del mismo nombre.

El “apodo” fue adoptado oficialmente en 1934, cuando apareció en un artículo periodístico titulado Y ellos lo llamaron Oscar, donde se narraba el triunfo de Katharine Hepburn como Mejor Actriz en la entrega número seis.

Podrían llenarse libros, estantes y bibliotecas con cientos de anécdotas alrededor de la premiación en el mundo del cine, de entre las cuales siempre destacarán algunas como el Oscar miniatura como estrella juvenil que recibió Shirley Temple con tan sólo seis años de edad
en 1934.

En 1946, Laurence Olivier recibió un Oscar Honorario por la producción, dirección y actuación en la cinta Enrique V, mientras que la única aparición de Marilyn Monroe en una entrega de la Academia ocurrió en 1950, cuando presentó el premio a Mejor Sonido al Departamento de Sonido de los estudios 20th Century-Fox por La malvada (All about Eve), en la que actuó junto a Bette Davis y Anne Baxte.

En 1956 la Academia instauró la categoría de Mejor Película Extranjera, que en su primera edición quedó en manos del cineasta italiano Federico Fellini por Las noches de Cabiria.

Uno de los momentos más polémicos ocurrió en la gala número 45, en 1972, cuando Sacheen Littlefeather rechazó el premio a Mejor Actor en nombre de Marlon Brando, como un reclamo al “trato a los indios americanos”, un discurso respaldado por Coretta Scott King y los líderes nativos americanos.

En 1976 Sylvester Stallone y Muhammad Ali tomaron por asalto el escenario para simular una pelea a puño limpio en el año en que Rocky, escrita y protagonizada por el primero, aspiraba a 10 estatuillas, de las que ganó tres.

"Tú te robaste mi guión”, bromeó Ali, antes de recibir un entrañable abrazo por parte de Stallone, quien fue celebrado por la audiencia con una enorme ovación.

La alfombra roja previa del Oscar podría tener también sus propios tomos en esa biblioteca imaginaria, y que podrían estar clasificados por los nombres de algunas de las figuras que se han robado las miradas por sus exótico atuendos como Cheer, en 1986, o Björk y el vestido de cisne que lució en 2001, cuando fue nominada por Mejor Canción por Bailando en la oscuridad.

La música también ocupa un lugar muy especial en la historia del Premio de la Academia, donde estrellas como Barbra Streisand (1976), Stevie Wonder (1984), Bruce Springsteen (1993), Elton John (1994), Phil Collins (1999), Bob Dylan (2000), Eminem (2002) y Adele (2013), pueden presumir tener una estatuilla dorada en sus casas.

Un oso entregando el sobre con los ganadores a Mike Mayers en 1998, un robot de  dinosaurio en 1993 a propósito del furor de Jurassic Park y Buzzlight Year y Woody presentando el Oscar honorario por los aportes tecnológicos de su creador John Lasseter, complementan las apariciones más originales en la historia del galardón.

Los mexicanos también hemos disfrutado de algunos momentos inolvidables, que van de las presentaciones de categorías a cargo de Salma Hayek y Gael García Bernal, hasta los tres premios Oscar que ha recogido de forma consecutiva el cinefotógrafo Emmanuel El Chivo Lubezki por su trabajo detrás de la cámara en Gravedad, Birdman y El renacido.

El Oscar también es testigo de la primera selfie viral de la historia, luego de que Ellen DeGeneres, conductora en la entrega de 2013, invitara a Bradley Cooper a tomar una imagen en la que aparecieron, además, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Julia Roberts, Brad Pitt, Angelina Jolie y Kevin Spacey, acusado recientemente de acoso sexual.

Lamentablemente para la Academia de Hollywood, el otro momento “célebre” y quizá aún más mediático ocurrió hace exactamente un año, cuando por una confusión Warren Beatty y Faye Dunaway recibieron el sobre equivocado, lo que ocasionó que anunciarán a La La Land como la ganadora de Mejor película en lugar de Luz de luna.

Los protagonistas de la mítica cinta Bonnie and Clyde anunciarán esta noche el mismo galardón, como una especie de revancha y afrenta al destino, que estamos seguros nos tiene reservadas muchas sorpresas más en los años que le quedan de vida a la estatuilla más codiciada del planeta.

 

Imagen Zacatecas – Excélsior