Los pobres no interesan a los candidatos

Más de la mitad de los mexicanos cayó en la pobreza como resultado de las crisis económicas periódicas que asolaron al país entre 1975 y 1994. La única respuesta de los gobiernos ha sido la creación de programas sociales que sí han solucionado una parte de la pobreza extrema, pero que no han resuelto de … Leer más

Más de la mitad de los mexicanos cayó en la pobreza como resultado de las crisis económicas periódicas que asolaron al país entre 1975 y 1994.

La única respuesta de los gobiernos ha sido la creación de programas sociales que sí han solucionado una parte de la pobreza extrema, pero que no han resuelto de fondo el problema y cuando mucho han logrado que los pobres la pasen menos mal.

Lo cierto es que aún ahora, más de la mitad de los mexicanos sigue hundido en algún grado de pobreza.

El problema es que, aunque brillantes economistas han ocupado posiciones de primera línea en los gobiernos de los últimos 40 años, incluso uno de ellos, Ernesto Zedillo fue presidente de la República, no han logrado sacar a la economía de su raquítico crecimiento económico, cuando en cualquier escuela de economía se sabe que la única forma de que los pobres disminuyan es que la economía crezca con dinamismo.

El mejor ejemplo es China que ha logrado sacar de la pobreza a 300 millones de personas, sin programas sociales, pero con un crecimiento constante superior al 7% anual.

En México el crecimiento en los últimos 40 años ha sido de 1.8%  anual en promedio.

El presidente Enrique Peña Nieto tuvo como una de sus promesas de campaña lograr que México creciera al 5%  anual; al final de su sexenio vemos que la economía creció poco menos de 2% anual en promedio. O sea que la promesa de campaña se olvidó en cuanto pisó Los Pinos.

Los candidatos actuales a la Presidencia de la República no tienen el crecimiento económico como una de sus promesas de campaña.

Si acaso, Ricardo Anaya menciona de pasada el crecimiento como algo deseable pero sin decir cómo ni para qué.

El economista, José Antonio Meade ni siquiera tiene el dinamismo de la economía como una meta de su gobierno y lo único que hace es prometer todo tipo de beneficios a la población como si la competencia para la presidencia fuera a ver quién regala más.

Ya prometió becas, ayuda a madres solteras, hacer crecer el Prospera, llevar médico a domicilio de los pacientes. Pero el crecimiento parece que no le importa.

Andrés Manuel López Obrados tampoco tiene al crecimiento como una de sus metas. Su promesa básica, “Primero Los Pobres” se basa solo en regalar dinero que el país no tiene, lo que augura una profunda recesión cuando ese dinero se acabe y tenga que empezar a pedir prestado y cuando las inversiones vuelen a otros lugares donde los empresarios no sean calificados de “Minoría Rapaz”.

La realidad es que solo el crecimiento económico dinámico es capaz de lograr que los pobres superen esa condición, porque crea empleos y mejora los salarios, que son las dos premisas básicas para que una familia mejore su condición de vida.

Pero eso, por ahora no le importa a quienes son candidatos a la presidencia, metidos en una carrera para ver quién promete más gratuidades a la población.

Y la verdad es que no habrá gratuidades porque no hay dinero para eso, no se dinamizará el crecimiento y a lo más que podemos aspirar es que la pobreza no crezca los siguientes seis años.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado




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