Faltan respuestas a la insatisfacción

La sociedad mexicana está profundamente insatisfecha de su país, de su vida, de lo que se percibe como falta de oportunidades y del comportamiento de sus élites, públicas y privadas. Y por eso quiere un cambio. A estas alturas, el único de los candidatos que ha recogido esa insatisfacción y que ofrece un verdadero cambio … Leer más

La sociedad mexicana está profundamente insatisfecha de su país, de su vida, de lo que se percibe como falta de oportunidades y del comportamiento de sus élites, públicas y privadas.

Y por eso quiere un cambio.

A estas alturas, el único de los candidatos que ha recogido esa insatisfacción y que ofrece un verdadero cambio es Andrés Manuel López Obrador. Por eso encabeza las preferencias electorales.

Ni Ricardo Anaya ni José Antonio Meade ofrecen respuestas a la insatisfacción y a la necesidad de cambio y por eso sus campañas se notan desteñidas y por eso están abajo en la intención de voto.

En todos los medios circulan datos numéricos que indican que el país no está paralizado y que los avances han sido muchos. Y son datos ciertos. El problema es que en esos números no está la respuesta que la sociedad espera.

A la mayoría de los mexicanos le disgusta y quiere que las cosas cambien.

Observa y padece una infraestructura urbana lamentable, banquetas destruidas, calles llenas de baches y topes, iluminación deficiente; un transporte público, en general más propio para ganado que para seres humanos; una infraestructura carretera con vías insuficientes y llenas de baches; todos los servicios públicos, deficientes; no hay, en verdad, ningún servicio público eficaz, ni el educativo, ni el de salud, ni el de agua potable y la ciudadanía padece los trámites burocráticos para todo.

Si a este panorama más propio de un país con mucho menor desarrollo se le suma la enorme desigualdad en todos los sentidos; la torpeza y falta de ética en el comportamiento de las élites públicas y privadas, la inseguridad absoluta y la falta de oportunidades y la impunidad completa para quien delinque con cuello blanco o con las armas, se encuentra el costal de razones por las que la mayoría ciudadana está irritada y descontenta.

Lo que se observa y padece no es propio de la economía 14 del mundo, de una nación que es una potencia exportadora; de un país con democracia y 120 millones de habitantes.

En muchos aspectos México parece más uno de los países más atrasados de América Latina y de África que un protagonista del mundo actual.

Quien ha sabido capitalizar ese descontento es AMLO. Y aunque sus soluciones vayan a agravar más las cosas, lo cierto es que suenan bien al oído de una ciudadanía a la que las propuestas de Anaya y de Meade le parecen más de lo mismo.

En efecto, lo más que hace Anaya es duplicar las ofertas populistas de AMLO. Si este ofrece 100, Anaya ofrece 200 y ahora ya hasta promete también bajar los precios de la gasolina. Es decir, ofrece más populismo para enfrentar la oferta populista de AMLO.

Y Meade no puede librarse de la imagen de que hará lo mismo que los últimos gobiernos. Sus propuestas no cuajan como un cambio. Ni él ni su equipo quieren entender que la ciudadanía no quiere más de lo mismo. Quiere algo diferente, aunque sea el abismo.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mí página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado




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