El Minero y su monumento

A partir de 1934 en este país, principalmente en los distritos mineros, se celebra el Día del Minero. Nació esta fecha luego de la constitución formal del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos de la República Mexicana, cuya sede fue la ciudad de Pachuca. A Fresnillo le correspondería más tarde ser la Sección 62. … Leer más

A partir de 1934 en este país, principalmente en los distritos mineros, se celebra el Día del Minero.

Nació esta fecha luego de la constitución formal del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos de la República Mexicana, cuya sede fue la ciudad de Pachuca. A Fresnillo le correspondería más tarde ser la Sección 62.

Lamentablemente, esta celebración ha ido a la deriva durante los últimos años en esta población por las marcadas divisiones, provocadas en gran parte por la intromisión de otros intereses, principalmente politiquerías en el gremio sindicalizado.

A pesar de ello, la fecha sigue conmemorándose de alguna forma o de otra.

La historia de esta comuna está fuertemente vinculada con la minería y evidentemente con los
trabajadores.

Sus orígenes son precisamente la consecuencia de la explotación de los innumerables yacimientos ricos en minerales.

Los primeros propietarios de minas, a su vez pobladores de este paraje son Pedro de Medina, Pedro Gaytán, Alonso Tabuyo, Francisco Ruiz de Guzmán y Constantino Nicolao.

Eran entre tantos más, los europeos dueños y explotadores de las minas recién descubiertas y obviamente los que se enriquecieron hasta que saciaron sus ambiciones personales, de paso sostuvieron la corona española hasta la inglesa y a esa caterva de aventureros, piratas, dictadores, políticos, bandoleros y gobernantes.

Es la historia que en su momento y en otros tratados han llenado miles de cuartillas pretendiendo escribir lo que las minas proporcionaron a los conquistadores y servidumbre, no precisamente al pueblo.

A éste, tan solo le dejaron miseria, muerte y enfermedades. Es la verdad, lo demás es discurso.

Aquí en esta ciudad, cuna de gentes bien nacidas y pensantes, siempre le han rendido tributo a los imbatibles mineros, como seguramente se hará en otras más, donde todavía se arranque de las entrañas de la tierra sus riquezas minerales.

Siempre se recordará a los humildes mineros que a riesgo de su propia vida laboran en oscuros y profundos socavones, no para enriquecerse, sino para darle más poder a los explotadores.

Pues bien. Al trabajador minero, la sociedad en su momento, con la comprensión y participación de la empresa, autoridades y artistas, levantaron un monumento en su honor.

En este testimonio histórico, no político, se puede sentir el ofrecimiento y así debe ser. La labor del trabajador de las minas es la propia historia del pueblo.

El monumento es obra de Daniel Peralta y se encuentra de milagro, en la Lagunilla. Un legado que de acuerdo a las pretensiones de serviles e ignorantes consejeros, está en peligro de que sea demolido o arrinconado por ahí, levantando en su lugar alguna escultura al héroe desconocido.

En esta obra, pese a quien le pese, tiene mayor significado con la historia del pueblo que cualquier otra excéntrica imposición.

El Monumento al Minero está conformado por tres secciones: el muro, el altorrelieve y la fuente al pie del conjunto.

A primera vista está el muro de mampostería, edificación cuadrangular y de considerable espesor. Se utiliza cantera de la región que significa la población. Al frente hay una especie de fuente que representaría los ojos de agua.

En el muro, tallado en piedra volcánica negra, se puede ver en perspectiva el legendario Cerro de Proaño, siluetas de mineros indígenas, las simbólicas y añoradas chimeneas y el tiro general.

En otro segmento podremos ver a mineros utilizando la barreta, otras figuras cargando el mineral sobre sus espaldas, escalerillas de muesca. Luego siluetas de mineros con lámparas de carburo, pico y pala.

Sobresalen siluetas talladas en la piedra volcánica que representan la unidad de mineros que fueron hasta Cananea para apoyarles en su huelga.

Este monumento aún conserva más detalles, para nosotros es un invaluable legado que debe ser respetado, principalmente, enseguida rescatarlo del abandono y darle vida, siempre y cuando las autoridades en turno alcancen a entender lo que es la historia para el pueblo y en este caso lo que ha representado para su propia existencia; me refiero al humilde, trabajador, festivo y orgulloso minero fresnillense.

El monumento al Minero en Fresnillo, en su olvidado rincón de La Lagunilla, es una de las obras de un personaje fresnillense que con la ayuda de sus alumnos nos dejó no tan solo su arte y creatividad, nos legó un testimonio de lo que es el respeto y cariño por la tierra.

En el muro se yergue la efigie orgullosa y fuerte del minero, del trabajador que mira optimista al futuro de su terruño. Es el señor Juan Perales.

Conservar lo nuestro, nos corresponde a todos nosotros. Si permitimos, ya sea por indiferencia o cobardía que nos despojen de nuestros orígenes, queremos o no, seremos parte de la sumisa servidumbre del predominante y voraz imperio.

A partir de 1934 se comenzó a celebrar el Día del Minero. El monumento al Minero en su olvidado rincón de La Lagunilla es una de las obras del personaje fresnillense Daniel Peralta

EL INICIOA partir de 1934 se comenzó a celebrar el Día del Minero en los distritos dedicados a dicha actividad económica. El Monumento al Minero en La Lagunilla es una de las obras más representativas del personaje fresnillense Daniel Peralta.

Imagen Zacatecas – Carlos López Gámez