Paz social y debate

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Los cambios no se van a dar, se están dando y a una gran velocidad.

Enfocándonos a México advertimos que la pandemia enfrento al Presidente López Obrador a la disyuntiva de guardar el proyecto de la “#Cuarta transformación” en espera de mejores tiempos o
de mantenerlo y acelerarlo inclusive.

Es obvio que sin titubeos tomó la decisión de seguir adelante hasta donde el apoyo popular le
alcance, la historia emitirá su veredicto.

Muchos no entienden todavía que los comentaristas de medios frecuentemente van por un lado y el sentir mayoritario va por otro y que muchos políticos han optado por el lado equivocado al inspirar sus acciones en la búsqueda de difusión y aprobación de lo que alguna vez pretenciosamente se ostentaba como cuarto poder.

El rumbo correcto es el del sentir mayoritario para lo cual hay que poner en juego eso que se llama sensibilidad política sin caer en las fauces de la industria del engaño de encuestas por encargo. En tiempos de cambios integrales no se termina una discusión cuando ya entramos a otra.

Las sociedades pasan del reposo al movimiento, la diferencia es que la actualidad tecnológica da voz pública a los que antes discutían solo entre cercanos y capacidad de informarse a los antes cautivos de medios tradicionales.

En los años de vientos huracanados no se puede ser honesto sin serlo, ser democrático, sin serlo, ser trabajador sin serlo.

Las campañas de promoción a la que se volvieron adictos los políticos sin sustancia se desmoronan ante los hechos. Si en el debate sobre la ética de diversos gremios de profesionistas unos dicen que todos son tranzas y otros dicen que todos son honestos, la mayoría concluye que ni unos ni otros tienen la razón, que de todo hay en la viña del señor.

El Presidente gana apoyo mayoritario en temas cruciales durante la pandemia, cito algunos: No
adquirir deuda con motivo de la emergencia, No ceder a presiones de grandes intereses privados y
buscar la reactivación desde abajo hacia arriba. No cancelar obras estratégicas como refinerías,
Aeropuerto y tren Maya.

Cuenta con la aprobación mayoritaria de la estrategia general contra la pandemia, reconocida por la OMS como una de las más acertadas del mundo, quien suponga que eso es fácil que se asome a
Estados Unidos o a Brasil.

Tiempos huracanados

Una vez que el confinamiento pase habrá todo menos quietud, para muchos serán los tiempos de renunciar al queso con tal de salir de la ratonera, pocos buscaran la reelección y solo mantendrán aspiraciones, estado por estado y municipio por municipio los dispuestos a gobernar desde el sacrificio o los ambiciosos vulgares que dicen “de todos modos y no me la pierdo”.

Los mexicanos vivimos como nunca la práctica de públicamente debatir ideas, aprenderemos a no atacar a la persona para cuestionar su pensamiento, a detenernos con respeto ante lo privado, a desconfiar de las conclusiones instantáneas y los juicios a bote pronto, un tema se puede traer en la cabeza mientras brotan los elementos de juicio concluyentes porque todos sabemos que las cosas no son lo que parecen en un primer momento, veamos el caso del decreto para conjugar el peligro de apagones en tiempos de emergencia.

Se llegó al absurdo de que la medida equivale al abandono de energías limpias para priorizar el carbón y el combustóleo, disfrazando el interés privado bajo el escudo de “energía limpia” omitiendo que la CFE también produce energía limpia contando con hidroeléctricas, geotérmicas, termoeléctricas, núcleo eléctricas y de ciclo combinado.

Tampoco se informa a la gente de que en forma deliberada se estranguló financieramente a la industria eléctrica nacional desplazando a la CFE como principal proveedor del mercado por el conjunto de compañías extranjeras entre las que sobresalen Iberdola, American Light and Power, Tractebel y 90 trasnacionales más que le venden energía a los grandes consumidores como Telmex, Walmart, Nissan, Soriana, Walmart y otras.

Los mexicanos transitamos a nueva relación con el capital extranjero como lo hacen otros países,
una relación de mutua provecho y no basada en el soborno.

Debate es convivir

¿Qué países se convulsionarán políticamente después del confinamiento? ¿Los democráticos o los autoritarios? Todos enfrentarán ciudadanía reclamante, las movilizaciones callejeras serán muchas, pero sin asomo de duda, donde el debate fluya libremente será más fácil que no se derrame sangre como efecto de la creciente desesperación social.

Claro, nuestro país se ha desenvuelto en la cultura de la discriminación de todo tipo y eso impregna el debate cotidiano, pero la respuesta social espontánea a todo juicio discriminatorio hará que muchos revisen sus esquemas culturales que les da una sensación ficticia de superioridad.

Hoy, discriminar es auto- discriminarse ¿Alguien duda?

Nos encontramos el lunes en El Recreo

@luismedinalizalde [email protected]




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