Domesticación planificada

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Las universidades públicas son escenarios de injusticia laboral que mantienen élites burocráticas costosas coexistiendo con profesorados muy mal pagados.

La austeridad republicana le mueve el tapete a los que critican que nuestra presidente viaje a Brasil en vuelo comercial, no es de extrañar, esa mentalidad se cultivó en la mente de varias generaciones.

El error rápidamente corregido que anunciaba un recorte presupuestal para las universidades y el Instituto Politécnico Nacional provocó que la alta burocracia de la UNAM se retratara a si misma frente a los mexicanos al publicar un comunicado advirtiendo que el recorte perjudicaría a “los más de 116 mil becarios.  No se les ocurrió que una reducción de presupuesto se puede enfrentar reduciendo ingresos de su privilegiada élite ni cancelando lo prescindible.

Las universidades públicas son escenarios de injusticia laboral que mantienen élites burocráticas costosas coexistiendo con profesorados muy mal pagados, sin plaza definitiva y sujetos a la utilización clientelar dentro de las contiendas internas por el control de la institución, bajo el incentivo perverso de altos salarios, viajes, viáticos y poder para contratar y rescindir.

La disputa por la conducción de las universidades siempre ha existido y siempre existirá, solo que la universidad mexicana pasó de las batallas ideológicas por la conducción a las luchas grupales en las cuales la ideología pasa a segundo término para entronizar intereses de poder, así lo indujo el gobierno de Salinas de Gortari cuándo envió un memorándum a las autoridades de las universidades públicas dando a conocer la creación de un tabulador, con el correspondiente recurso financiero , para que desde  los jefes de departamento hasta el rector percibieran más ingresos, dicho documento puso punto final a la etapa en la cual los mandos en turno ganaban lo mismo que ganaban en su plaza académica con la única diferencia que se les liberaba de carga frente a grupo.

La UAZ así se mantuvo durante los rectorados de Magdaleno Varela Luján (1968-1972), Jesús Manuel Díaz Casas (1972-1976 Y 1976-1980), Jorge Hiriart Estrada (1980-1984) y Francisco Flores Sandoval (1984-1988 y 1988-1992).

Con la incentivación material iniciada por el régimen salinista se consumó la despolitización de las comunidades universitarias y quedaron en el olvido los grandes debates ideológicos, las visiones del mundo compartidas, el pensamiento crítico como móvil de la disputa por la conducción de las universidades, llegó el tiempo de las camarillas .

Descomposición paulatina

El plan de domesticación se combinó con la creación de rutas individuales de superación salarial mediante programas de estímulos que en la educación pública normalista denominan carrera magisterial y de ese modo, la legendaria combatividad universitaria queda como recuerdo, pero el plan puesto en marcha abarca todas las dimensiones de la vida pública, estableciendo un antes y un después.

No solo se neutraliza el filo crítico de las universidades. Con Salinas inicia el despegue salarial de los integrantes de los cabildos(regidores) en la que se le pone fin a la etapa en la cual ser regidor daba honor, pero no dinero. Algo parecido sucedió con los diputados como lo puede corroborar con los que fueron representantes populares antes de Salinas de Gortari en relación a los posteriores. El proceso de domesticación salinista llega a su clímax con los ministros de la SCJN percibiendo ingresos con todo incluido por Setecientos noventa y dos mil pesos mensuales.

El dinero crea adicción, de otro modo no existirían delincuentes de cuello blanco. Estar al frente de instituciones públicas de diversa índole, facilita acceder a ingresos extraordinarios respecto a los legalmente establecidos, hace posible viajar con cargo a los contribuyentes, traficar con plazas laborales, cobrar por servicios de suyo gratuitos, vender resoluciones judiciales. Los que al frente de universidades públicas sucumben a la tentación hacen lo propio según sus circunstancias, “la estafa maestra” lo corrobora, no es casualidad que fuera una famosa universitaria la que le diera su sello.

La precipitada reacción de la conducción de la UNAM al supuesto recorte nos permite entender que Salinas de Gortari sembró con éxito la mentalidad que convenía al modelo económico llamado a sustituir al de la revolución mexicana que fue fraguado por el gran capital trasnacional y que conocemos como neo-liberalismo. Si así está la UNAM, imagínese el resto.

La austeridad, el mejor camino

Son dos las consecuencias duraderas más visibles de semejante plan de domesticación general:

Descompone las instituciones al introducir apetitos de control gestados por la ambición, lo que se traduce en secuestro de instituciones (La historia del INE y las de los partidos políticos son elocuentes al respecto).

Instaura la injusticia laboral, ya que no es posible privilegiar más que a una minoría, basta ver las plantillas laborales de los ayuntamientos para advertir la precariedad de muchos en contraste con la prosperidad de pocos.

La recuperación del sentido de austeridad es saneamiento de las instituciones, tal es su esencia política.

Nos encontramos el jueves en Recreo

@[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado