De Reyes Heroles a Claudio X

Abril puede pasar a la historia como el mes en que nuestro país recupera el margen de soberanía sobre sus recursos naturales que le permitan tener una industria eléctrica sin dependencias catastróficas como las que convulsionan España o que conducen a Alemania a someter al control del estado al consorcio extranjero “Gazprom”.

Abril es el mes en que la SCJN avala la constitucionalidad de la ley de la industria eléctrica turnada por la actual administración o se pone del lado de los voraces apetitos de inversionistas extranjeros y nacionales que defienden las ventajas abusivas que les brindó la reforma de Peña Nieto obtenida a base de sobornos. Abril es el mes dónde para revertir esa infamia contra los intereses nacionales, se habrá de votar una iniciativa de reforma de los artículos 25, 27 y 28 de nuestra carta magna.

El desenlace es incierto, los gobiernos de los Estados Unidos y de España defienden la parte del mercado eléctrico mexicano que se engullen sus respectivos inversionistas y para ello cuentan como aliados objetivos con las cúpulas del PRI, PAN, PRD y MC políticamente lideradas por un pequeño pero poderoso grupo de la derecha empresarial.

¿Cómo fue que en el PRI cambiaron a Don Jesús Reyes Heroles por Claudio X como faro ideológico? ¿Cómo Martínez Verdugo y Heberto Castillo pasaron al olvido en el PRD cediendo su lugar a Gustavo de Hoyos y al mismo Claudio X? Cierto que el PAN nació rechazando los cambios que gestó la revolución mexicana como lo fueron el reparto agrario y la expropiación petrolera y aun así ¿Qué tienen en común el núcleo de derecha empresarial de la Coparmex de “Sí por México” Con Manuel Gómez Morín o Castillo Peraza?

Las historias nacionales en todo el planeta registran la aparición de proyectos de país que trascienden generaciones en la medida que representan aspiraciones y visiones de núcleos sociales importantes que la ciudadanía coteja para optar en cada coyuntura.

Mezclando preñadas con paridas

Los intereses inconfesables, para tener éxito, se disfrazan de otra cosa. Los opositores a la reforma eléctrica en vías de dictaminarse no mencionan a Iberdrola y similares como motivación de sus afanes, se parapetan en la ficticia defensa del medio ambiente mediante la apuesta por “energías limpias” a sabiendas de la imposibilidad tecnológica mundial para evitar las interrupciones cuando el sol se mete o cuando el viento cambia de intensidad.

La eliminación de las empresas públicas se hizo posible mediante la perversión conceptual de medirlas con el mismo rasero con que se mide la empresa privada, como si la inserción en la economía fuera con idéntica finalidad, sin distinguir lucro de servicio. Los opositores a la reforma invocan la defensa de la libre competencia amenazada, según su dicho, por el “monopolio” de la Comisión Federal de Electricidad que promueve López Obrador, omitiendo que en su propuesta se destina el 46 por ciento del mercado eléctrico a los inversionistas privados que equivale a 20 puntos más que los que Francia cede al sector privado y muy lejos a Suecia que no admite inversión privada en la materia, estando ambos países en la órbita de libre competencia pero con reglas que preservan el interés público de avasallantes intereses privados sin más ruta que la del lucro sin fronteras.

Desleales a los suyos

Los que disputan cargos de elección popular son de origen social modesto y por ello aprovechan cualquier resquicio para colocar en empleo al pariente sin trabajo, aunque para lograrlo pacten con adversarios empoderados al grito de “hoy por mí mañana por ti”. ¿Cómo se explica que dirigentes partidistas y legisladores mayoritariamente procedentes de barrios de clase media baja en tránsito a zonas residenciales acaten la consigna de oponerse a la reforma eléctrica haciéndose eco de falacias de violaciones a la constitución y a regulaciones internacionales jamás explicitadas y reclamando “certidumbre para los flujos de inversión, (es decir para Iberdrola)”.

Claudio X no solo contrapone a los políticos que lidera no solo con sus respectivos idearios políticos, los contrapone también con los intereses colectivos de sus orígenes sociales al grado que defienden el ilegítimo subsidio a los inversores privados que se trasladan a los usuarios domésticos.

El parlamento abierto sirvió para visibilizar la carencia de argumentos técnica y socialmente válidos para oponerse a la reforma, la reacción de los núcleos opositores fue hacer el vacío cuando los que seguimos con atención los foros vimos la contundente argumentación de los expertos en contra de los abusivos privilegios de las empresas.

Los estudios de opinión coinciden en reconocer el respaldo ciudadano mayoritario a la reforma propuesta. Podrán quedar bien con cúpulas partidistas y empresariales, pero no con la mayoría de sus electores.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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