¿Asoma sindicalismo de verdad?

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La victoria de Jenny González es esperanzadora por la madurez con la que reaccionaron los sindicalizados ante el apretadísimo resultado.

La victoria de una planilla sindical que en la percepción pública no era la apoyada por las autoridades universitarias ha generado expectativas de recuperación del sindicalismo democrático que tuvo en el SPAUAZ a una de sus mejores expresiones pero que sucumbió ante la ideología del individualismo que disolvió las colectividades de lucha por derechos laborales para despejar el camino neoliberal.

Las personalidades de los dos principales contendientes estuvieron cargadas de simbolismo debido a que la nueva secretaria general del SPAUAZ y el contendiente que perdió por apenas dos votos, Manuel Rivera, son los respectivos hijos de dos destacados cuadros de la izquierda histórica que en los años setenta dieron la batalla por una universidad pública comprometida con  intereses populares, alejándola del elitismo conservador que tanto marca hoy a la educación superior, que contribuyeron, junto con muchos más, a impulsar un sindicalismo combativo y democrático  desde la universidad pero sin encerrarlo en sus muros sino extendiendo lazos solidarios con las mejores causas de su entorno.

La prolongada resaca neoliberal se ha traducido en impotencia programada ya no digamos para obtener mejoras laborales sino para preservar lo conseguido por generaciones previas, tal como lo reflejan las cifras de INEGI que reportan que en 1975 la proporción del Producto Interno Bruto correspondiente a los asalariados era del 40 por ciento y al arribar al gobierno López Obrador dicha proporción se redujo al 26 por ciento. Los 14 puntos del PIB que se trasladan del trabajo al capital describen el brutal empobrecimiento simultáneo a el enriquecimiento espectacular de diez familias de (34 millones de hogares) que en conjunto acumulan 263 mil millones de dólares (Datos tomados del artículo de Lorenzo Meyer ¿”Correrse al centro? Mejor al otro lado”).

Durante los primeros años del SPAUAZ los académicos universitarios gozaban de los mismos niveles salariales y prestaciones de sus homólogos de la UNAM, todo quedó en el pasado.

La neutralización del sindicalismo democrático se trabajó ofreciendo caminos de progreso en la remuneración acentuando la competencia individual (programa de estímulos e indicadores establecidos por CONACYT orientado a subsidiar parcialmente a las empresas en demérito de intereses generales).

Se apatronaron

Desde hace varias décadas el desenlace de las elecciones del SPAUAZ es interpretado como anticipo de victoria y derrota de pretensos que disputan la rectoría, lo que delata la normalización de un sindicalismo altamente “patronalizado”.

La UAZ abandonó la orientación social de las generaciones anteriores, lo que se refleja en el debilitamiento institucional del otrora vigoroso extensionismo y en el enmudecimiento de los sectores universitarios ante las realidades del entorno inmediato, problemática nacional e internacional, en contraste con la etapa en la cual las comunidades universitarias se involucraban con una visión coherente del mundo, nunca única,  que ponían a debate lo mismo sucesos nacionales y locales que hechos históricos geográficamente lejanos.

La ausencia de vida colectiva hizo que la autoridad fuera cada vez menos rectora y más administradora, tal como demandan los conservadores del status.

Hoy es más crítica la Ibero que la UNAM.

¿Un antes y un después?

La victoria de Jenny González es esperanzadora por la madurez con la que reaccionaron los sindicalizados ante el apretadísimo resultado. La decepción puede surgir si los integrantes del nuevo comité ejecutivo, procedentes de las 4 planillas contendientes, trabajan para la expansión de sus propias camarillas en vez de aprovechar la honrosa oportunidad de establecer con su mandato un antes y un después en la historia del sindicalismo democrático, recuperando la noción de autonomía sindical para acabar con la manipulación electorera de plazas, bases y aumentos de cargas de trabajo que lastran la vida institucional a grado tal que hay directores que hacen relaciones políticas con el vulgar oportunismo de asignar clases a políticos vigentes ayunos de saberes académicos.

No existe la hostilidad en el entorno de tiempos pasados. Ahora, además de enormes avances en la legislación laboral a favor de la democracia sindical, la misma es salvaguardad el en nuevo tratado comercial de nuestro país con Estados Unidos y Canadá,  la ideología de la contención salarial dizque para evitar inflación ha sido desechada hasta por los que antes la promovían, sin embargo, los trabajadores como que todavía ni se la creen, prueba de ello es la reproducción de los vicios caciquiles en las elecciones sindicales que han tenido lugar desde que está vigente la nueva legislación laboral.

En Zacatecas, el continuismo de la nefasta política neoliberal de contener las demandas de los trabajadores al mismo tiempo que la ´burocracia dorada aumenta sus percepciones es por déficit de sindicalismo de verdad.

Ojalá que las nuevas generaciones de académicos pongan fin a décadas de inmovilismo que arroja como saldo la precariedad laboral dentro y afuera de la UAZ.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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