
José Luis Medina Lizalde.
El “relanzamiento” del PAN en el acto del 18 de octubre significó el acta de defunción de su identidad histórica al sustituir el lema fundacional.
El PRIAN fue creado desde arriba y su fin es decidido desde arriba. ¿Un sistema político electoral democrático pluripartidista puede existir sin democracia interna de los partidos políticos?
El “relanzamiento” del PAN en el acto del 18 de octubre significó el acta de defunción de su identidad histórica al sustituir el lema fundacional “Por una patria ordenada y generosa” para adoptar el de “Patria, Familia y Libertad” del componente latino del fascismo derrotado en la Segunda Guerra Mundial con Mussolini y sobreviviente como paria en la España de Franco.
El PAN ostenta como base filosófica la doctrina social de la iglesia católica, manteniendo al Papa en la centralidad político ideológica, con esas herramientas se hizo de base social.
Con la adopción del nuevo lema, cierra filas con Isabel Ayuso, Corina Machado, Bolsonaro, Milei, todos enfáticos partidarios del genocidio de Israel y obedientes de los designios de Donald Trump
El alineamiento internacional con la visión religiosa más hostil al cristianismo es una contradicción ¿Los panistas han sustituido la centralidad moral del Papa por la de Netanyahu?
¿Cuál es la noción de patria de quienes secundan la estrategia de fuerza del gobierno de Trump defendiendo la declaración de los cárteles de la droga como organizaciones terroristas? ¿La senadora panista Téllez es una patriota?
La lógica indica que la recuperación de la identidad perdida es reafirmación de la esencia fundacional, no alineamiento oportunista.
Lo fallido del “relanzamiento” lo ejemplifican las abundantes reacciones de decepción de los que desde los medios de comunicación han apostado por el prianismo militante como son Adela Micha, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Rivapalacio, entre los más conocidos.
Reivindican al ex presidente de España Manuel Aznar, no a Vicente Fox ni a Felipe Calderón y anuncian la rifa mensual de un teléfono inteligente como estrategia para promover afiliados ¿Se pueden hacer peor las cosas?
Ni con Eduardo Verástegui quedaron bien, ya dijo que no les creé.
Al interior del PAN es previsible que las cosas no sean mejores.
El “relanzamiento” no es resultado de un proceso desde abajo y extendido en la geografía del país sino expresión de una visión del panismo chilango, apoderado del timón nacional, es un episodio más de la inexistencia fáctica de la voluntad de la militancia democráticamente procesada, a lo que habrá de agregarse la afectación de expectativas que conlleva la disolución de la alianza con el PRI.
¿El PAN está en capacidad de retener sin alianzas los estados de Aguascalientes y Querétaro en 2027? ¿La alcaldía Cuauhtémoc pasará en automático a Morena?
En Zacatecas es más que probable que sin el PRI se desinfle la aspiración de Miguel Varela a suceder a David Monreal y que no consiga su reelección como presidente municipal.
La derechista madrileña Isabel Ayuso ha recibido a figuras del prianismo (Gobernadora de Aguascalientes y la alcaldesa de Cuauhtémoc) ¿El contraproducente “relanzamiento” es auspiciado por parte de los liderazgos?
Las actuales generaciones de activos en la política guardan distancia con motivaciones ideológicas como motor de su práctica, de otro modo no cuajarían las alianzas entre visiones formalmente distintas y hasta opuestas como las tejidas con el PRI y con los remanentes del PRD.
La poca importancia que se asigna a los principios doctrinarios facilita agrupamientos y desbandadas en función de intereses concretos en juego, para ese tipo de militancia es normal ser mañana aliado del que hoy es adversario, cuando sea nopal con tunas suficientes.
Los priistas no reaccionan ofendidos al trato de leprosos con el que disuelven la alianza, Alito Moreno y Rubén Moreira, por el contrario, piden que recapaciten, como quien vive con angustia la decisión de dejarlo de su pareja.
El “relanzamiento” fortalece la alianza rival, los aliados con Morena no tienen razones de peso para romper, finalmente los votos los consigue la obra de gobierno de Claudia Sheinbaum más que la eficacia partidista.
¿Es buena noticia para el Proyecto de la Cuarta Transformación? En lo inmediato sin duda, pero existe un desafío que no puede soslayar, el de depurar sus filas de corruptos, de los que carecen de mística de servicio, de los que son incapaces de llevar a la práctica los valores que los mexicanos aprendemos de nuestros padres y el obradorismo propuso como principios: No robar, no mentir, no traicionar al pueblo.
Hasta un país de partido único es más democrático cuando en ese partido sus militantes deciden lo que sus dirigentes ejecutan.
Sin democracia interna, ningún partido es sostén de democracia de verdad, Morena también deberá entenderlo a tiempo para deshacerse de los lastres acumulados.
La ausencia de vida democrática en los partidos debe figurar en la agenda de discusión de la reforma electoral en curso.
Nos encontramos el lunes en Recreo