

Carlos Peña subrayó que las diferencias de opinión deben ser atendidas con respeto y diálogo, no mediante ataques personales ni descalificaciones.
ZACATECAS.- El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Peña Badillo, salió en defensa del obispo Sigifredo Noriega tras las críticas lanzadas por Rubén Flores Márquez, presidente del Consejo Estatal de Morena, quien acusó al prelado de manipulación y lo calificó como “pecador”, luego de que éste cuestionara algunas políticas implementadas por la Cuarta Transformación.
Peña Badillo consideró que las declaraciones de Flores Márquez representan una postura “sesgada” y propia del estilo de Morena, donde —dijo— suelen descalificarse las opiniones que no coinciden con su visión política.
El también diputado local afirmó que el discurso del dirigente morenista excede los límites del debate democrático y constituye un intento por silenciar voces críticas provenientes de distintos sectores sociales.
El conflicto se originó luego de que el obispo Noriega planteara inconformidades expresadas por productores y habitantes del sector campesino, quienes han manifestado preocupación por la falta de apoyos y por el rumbo de las políticas agrícolas.
Estas observaciones, hechas desde su papel pastoral, detonaron la reacción del dirigente morenista, quien arremetió con señalamientos que se generaron molestia en la oposición.
Carlos Peña subrayó que las diferencias de opinión deben ser atendidas con respeto y diálogo, no mediante ataques personales ni descalificaciones. Afirmó que México vive un momento en el que resulta indispensable garantizar que todas las voces puedan expresarse libremente, especialmente aquellas que, como la de líderes religiosos, reflejan inquietudes sociales reales.
El priista llamó a Morena a conducirse con responsabilidad institucional y a evitar confrontaciones que polaricen aún más el ambiente político. “Hoy se le debe exigir respeto a la dirigencia de Morena o a cualquiera que sea su cargo”, expresó, al reiterar que la pluralidad es un pilar fundamental para la convivencia democrática.