Christian le pide al Niño Dios que su mamá esté viva

Los grandes ojos de Christian Antonio Bañuelos reflejan una gran tristeza y sufrimiento: el dolor de haber perdido a su madre hace un mes. Él y su hermana Naidelin Socorro, de 9 años, pasarán la Navidad sin su mamá, quien vivió de una manera muy triste los últimos años de su vida, pero aún con … Leer más

Los grandes ojos de Christian Antonio Bañuelos reflejan una gran tristeza y sufrimiento: el dolor de haber perdido a su madre hace un mes.

Él y su hermana Naidelin Socorro, de 9 años, pasarán la Navidad sin su mamá, quien vivió de una manera muy triste los últimos años de su vida, pero aún con sus limitaciones físicas cada momento les hacia sentir su amor.

Doña Chelita, la abuelita de los niños, narró que su hija Guadalupe Maciel falleció a la edad de 30 años por esclerosis múltiple.

Al preguntarle a Christian cuál es su deseo para Navidad, respondió de inmediato que su mamá esté viva, es lo único que quiere y de no poder ser así, dice que lo que le quieran regalar.

Mientras que Naidelin, quiere una tableta electrónica o una Monster High y prefiere no hablar del dolor que le causa recordar la partida de su mamita.

A su mamá, la enfermedad le fue detectada cuando tenía 22 años y poco a poco fue perdiendo sus capacidades motrices, el último año de su vida estuvo ciega y no se podía mover.

La abuelita, recuerda con llanto, cómo cuando su hija enfermaba la llevaba caminando en silla de ruedas hasta el hospital general.

“Ya fuera de noche, de madrugada o con el sol  quemando a todo o lloviendo ahí iba yo caminando con mi hija, pobrecita a veces llegaba más enferma  de lo que la llevaba por el solazo o cuando se me ponía enferma de noche, nomás le echaba una cobija encima y ahí íbamos en medio de la noche para que me atendieran a mi hija”, recordó.

Su hijo, conmovido y preocupado por su hermana y su madre, como pudo compró  fiado un auto viejo para apoyar a su madre y a su hermana.

Sin embargo, los esfuerzos que realizó su familia no fueron suficientes, pues la noche del sábado 4 de noviembre, enfermó gravemente y falleció durante la madrugada del 5.

La familia aún debe el ataúd y doña Chelita sufre porque no encuentra trabajo, pues con la muerte de su hija ella quedó a cargo de sus nietos y por su edad es difícil que consiga trabajo, por lo que pide a los lectores de Imagen, que si alguno le puede dar trabajo de medio tiempo haciendo aseo o cocinando y que le den tiempo para cuidar a sus nietos, con eso ella se sentiría infinitamente agradecida.

Recordó que antes trabajaba en Entrada Group, pero las cosas cambiaron mucho con la muerte de Guadalupe Maciel.

Comenta que   aunque su hija estuviera ciega, nunca se dejó de preocupar por sus hijos, puesto que a pesar de estar postrada en la cama, en cuanto escuchaba que llegaban de la escuela los ponía a hace la tarea.

Una vez, recuerda, no tenía dinero para tomar el camión del complejo industrial a su casa ubicada en la colonia Las Américas, por lo que se fue caminando y cuando llegó vio con ternura que Guadalupe tenía una parrillita eléctrica en su cama y hacía huevo revuelto para sus hijos.

“Tenía toda la cama llena de comida y salpicada, pero les cantaba a los niños y les hacía de comer, por eso al niño le pegó más que su mamá se muriera”, dijo.

Sobre el padre de los niños, dijo, no vive con ellos y que los abandonó a los dos días que su hija enfermó.

“Pasaron tres días y no venía, llegó y dijo que había perdido las llaves, pero que sí iba a ir por ellos más al rato y se fue; yo después lo fui a buscar porque necesitaba para los pañales de mi hija y en la casa que había vivido con mi Guadalupe ya tenía viviendo a otra mujer con un niño”, platica con mucho dolor.

La abuelita espera que los niños reciban algún regalo, para disminuir un poquito el dolor de haber perdido a su mamá tan chiquitos.

Imagen Zacatecas – Gema Gallegos