Preguntando se llega a Roma
Tristemente y como detalle típico de la legislatura actual, las reformas a leyes, adiciones a artículos, sus típicas ocurrencias o caprichos del mesías pasan a pleno para ser aprobadas sin consulta alguna.
La hotelería en nuestro país siempre ha estado a favor de todas las disposiciones que la ley marca; como sector, hemos estado a favor y contribuido para que nuestra industria vaya de la mano con las autoridades en temas torales para beneficio de ambas partes y, por supuesto, siempre se han apoyado todas las reformas a la ley en las cuales el objetivo sea la mejora del turismo nacional.
Tristemente y como detalle típico de la legislatura actual, las reformas a leyes, adiciones a artículos, sus típicas ocurrencias o caprichos del mesías pasan a pleno para ser aprobadas sin consulta alguna. Me queda claro que la ley al momento de aplicarse siempre tendrá dos partes y como es de esperarse una de ellas no estará de acuerdo, pero la consulta a los sectores favorecerá siempre a minimizar daños colaterales.
Comento esto porque en la semana se dio a conocer que se harán ajustes a la ley general de turismo y como podrá imaginar ningún organismo empresarial fue consultado, incluso y por lo que he investigado hasta el momento tampoco fue notificada la secretaría de nuestro sector de esas variantes a incluir en la ley.
Todo indica que se hicieron adiciones a los artículos 4 y 9 de la Ley General de Turismo, las cuales plantean una mayor colaboración entre autoridades estatales y federales con el objetivo de garantizar la recaudación de cuotas y contribuciones locales, además de involucrar en las mismas a las autoridades migratorias y de hacienda lo que sin duda ha causado un fuerte descontento en la iniciativa privada.
Lo que nunca prevén nuestras autoridades es el costo de las medidas para los que vivimos de esto ya que actualmente un gerente de un hotel pequeño tiene que asignar más de un 50% de su tiempo a la resolución de acciones relacionados con la burocracia, imagínese usted los hoteles que tendríamos si la cabeza les pudiera dedicar el 100% de su tiempo; el problema se verá rápidamente debido la falta de personal así como de estructuras administrativas para atender la mayor demanda de información y requerimientos de todos nos hacen. Por otro lado tampoco se contempla por parte de ellos las posibles extorsiones que de seguro surgirán por parte del personal que lleve a cabo dichos requerimientos.
Y como el regresar a los 70´s parece ser la moda de estos días, con estas medidas llegaremos nuevamente a la época donde sin aviso previo caían en los hoteles regimientos de inspectores de todas las dependencias gubernamentales para revisar como trabajaban los hoteles en aquellos tiempos. Como se podrá imaginar, era típico el arreglo previo entre ellos para presionar, jugar al policía bueno y malo y terminar las cosas con una “gratificación” para evitar ser muy duros en lo que encontraban fuera de la norma.
Como lo mencioné anteriormente, nuestro sector siempre ha estado a favor del cumplimiento de las leyes por lo que estos detalles sorpresivos nos hacen pensar otra cosa diferente a lo que ellos indican.
Para los diputados que presentaron estas adiciones, ven necesario que las entidades cuenten con más herramientas financieras para hacerse de recursos que atiendan la problemática causada por el crecimiento de la actividad turística, misma que impacta social y ecológicamente a las comunidades. La idea no suena mal, solo deberían de contemplar también que los impuestos que se generen por el turismo se gasten en el turismo.
Dichas modificaciones a la ley fueron aprobadas en este mes con los diputados y se encuentran en tránsito para su aprobación con los senadores. Espero y con ellos si reine la cordura y al menos se nos tome en cuenta para ver de que forma se le da tránsito a la solución de dichos problemas sin que exista una afectación tan severa por parte de la hotelería.
Si se me preguntara la opinión al respecto, sin dudarlo les pediría a las comisiones de turismo de ambas cámaras que dediquen su tiempo a buscar la manera de solucionar problemas mucho más complejos y con un impacto actual muy fuerte en la hotelería nacional.
Espero y se den el tiempo de ver lo que ocasionan actualmente las aplicaciones de renta de vivienda a corta estancia, ya que aparte de que trabajan sin regulación alguna, encarecen el costo de la misma para los locales detalle que acarrea otra clase de complicaciones.
Y como se debe de dar la remedio y el trapito, invito a los integrantes de las cámaras de diputados y senadores que le den una vuelta a la forma que siguen los países europeos para el control de rentas de casas para turismo.
Sin duda siempre habrá controversia en estos temas, lo que es imperdonable es que no consulten a los involucrados para tratar de obtener una aprobación a sus iniciativas mucho más rápida y sin tanto traspié. Parece ser que los papás de nuestros legisladores nunca les dijeron que “preguntando se llega a Roma”. Hasta la próxima.