Fragmentos del diario de un hotelero
Sin importar el motivo de la visita, cada uno de nuestros visitantes tiene una personalidad y por supuesto los identificamos de diversas formas.
En el anecdotario de las personas que nos dedicamos al servicio de hospedaje, contamos con un sinfín de aventuras y vivencias que sin duda llenarían muchas páginas de cualquier escrito, el cual y para ser mas específico podríamos capitularlo fácilmente en situaciones, sucesos, tipos de clientes, etc.
Como lo he comentado en columnas anteriores, la diversidad de clientes con la que contamos se da según la vocación turística de nuestros destinos ya que lo que buscan nuestros visitantes varía drásticamente en una playa, en una ciudad colonial, en una capital o cuando se viaja por trabajo.
En Zacatecas capital por ejemplo, la gente que nos visita acude en un plan mas cultural, le gusta disfrutar de la tranquilidad que brinda la ciudad y tiene como visita obligada a los museos, teleférico y mina. Estas experiencias se complementan con una buena comida o cena y con algo de diversión en centros nocturnos.
En Fresnillo la vocación es totalmente diferente y los clientes se comportan muy distinto ya que la mayoría de nuestros visitantes acude en plan de negocios. Su rutina durante la estancia es salir muy temprano, regresar a media tarde y salir a comer o cenar cayendo la noche para estar listo para el jornal laboral del día siguiente.
Pero sin importar el motivo de la visita, cada uno de nuestros visitantes tiene una personalidad y por supuesto los identificamos de diversas formas. Si usted sale frecuentemente, espero no haya caído en alguna de las clasificaciones que expondré a continuación ya que si es cliente frecuente, el personal lo etiquetará automáticamente en su siguiente visita.
a) Siempre hay alguien que se quiere pasar de listo y llegará asegurando que tiene reserva desde hace mucho tiempo y con una tarifa inexistente. Obvio estas personas no cuentan con un comprobante o número de reserva el cual ratifique su dicho. Suele darse muy seguido este tipo de cliente en temporadas altas, cuando las plazas turísticas se encuentran al 100% o cuando hay eventos importantes en el destino. Sugerencia: para evitar caer en este tipo de cliente, reserve con tiempo y evitará problemas. Evite a nuestro personal de recepción catalogarlo como el “listillo”.
b) A diferencia del anterior, hay otros clientes que con toda la educación adquirida son sumamente distraídos y no dejan de marcar a recepción para recibir indicaciones de donde está el restaurante, como bajan, como suben, como salen, como abren las llaves de la ducha, etc. Estos son menos frecuentes pero los vemos seguido en nuestras propiedades, a ellos los llamamos “despistados” o “preguntones”.
c) Los “tragones” son muy frecuentes en los restaurantes de los hoteles donde se sirve buffet, aparecen en los desayunos, comidas o cenas; se caracterizan por servirse platos que les faltarían redilas para que no se caiga la cantidad de comida que se sirven. Lo mas triste es que dejan esta casi intacta y se levantan para servirse mas. En este tipo de clientes están los que creen que el buffet de desayuno deberá durar para todo el día y se llevan su itacate para comer el resto de la jornada, por si fuera poco cargan también con las mermeladas, azúcar, miel, etc.
d) Cuando recibimos a un grupo de personas que vienen juntas nunca falta el simpático o el “bromista”, el cual cuelga en la puerta de una habitación que no es la de él, el candado de no molestar, piden también desayunos a otras habitaciones o llamadas de despertador a sus colegas en horarios no solicitados. Para nosotros el problema no es la broma sino el costo de la misma ya que cuando se ordenan desayunos que no solicitaron, van por cuenta del hotel y el desperdicio es inevitable.
e) Los “sordos” es otra clasificación existente y son muy frecuentes ya que ponen la música o la televisión a un volumen molesto y generalmente se sienten como si fueran los únicos huéspedes en el hotel. Se ven también muy seguido deambulando en las áreas comunes hablando por teléfono a gritos como si quisieran se les volteara a ver.
f) En los lugares donde acude la gente por negocios nunca falta el “galán o galana” que trata de seducir a recepcionistas, camareras, amas de llaves, encargados de mantenimiento, etc. Los más comunes piden servicio a la habitación y reciben al persona en toalla o ropa interior recién bañados. Por favor evite a toda costa esta clasificación porque en vez de quedar bien en automático será un viejo (a) verde.
g) Otros también muy frecuentes son los “sucios” que sin pensarlo limpian su calzado con las toallas del hotel o usan la ropa de las camas para limpiar cualquier herramienta recién usada en su trabajo. Estos también ordenan comida a su habitación y dejan la misma tan sucia como un chiquero, convirtiéndose en una pesadilla para la camarista al día de su salida.
Finalmente hacer mención del rico nuevo, el abstemio, el borracho y miles mas con los que nos topamos en el día a día de nuestras vidas. Espero usted en sus viajes nunca haya sido etiquetado, lo que le puedo asegurar es que si se suele comportar de alguna de estas formas cuando sale, a su regreso tendrá una etiqueta que conocerá todo el personal del hotel y será tratado con las reservas que su conducta merece.
Compórtese, sea prudente y procure no pasarse. Le recuerdo que finalmente el objetivo de cualquier hotel es tratarlo tan bien como si estuviera en casa.
Hasta la próxima.