Trotamundos: Cultura o mito
Debemos de seguir apostando por la educación ya que la ignorancia nos empuja a creer que la delincuencia sí funciona como un medio de vida.
Cómo no comentar la explosión en redes de la semana provocada por las declaraciones de presidente de Badiraguato en el estado de Sinaloa, donde previo a entrar en polémicas bien vale la pena darle una revisada a las características de este municipio, el cual, según censos anteriores, cuenta con una población de menos de 10 mil habitantes.
El término Badiraguato es un hibridismo que proviene del purépecha y significa arroyo de muchos cerros, también puede interpretarse como el arroyo de las montañas o el cerro de muchos arroyos.
Como en muchos municipios del país, su nacimiento se debió a las actividades mineras. A pesar de su tamaño, este poblado cuenta con varios atractivos turísticos tales como el río Badiraguato, la presa Adolfo López Mateos, las ruinas de la capilla del panteón y la casa de la cultura entre otros.
Actualmente e independiente a las varias visitas presidenciales, este municipio tiene como característica ser la tierra natal de personajes como Joaquín El Chapo Guzmán y Rafael Caro Quintero. También este particular lugar se ha dado a conocer nacionalmente por sus vastos cultivos de marihuana y amapola.
Para el edil municipal esta parte de su historia no los debe de asustar, al contrario, comentó que se tenía que ver la parte positiva de la misma y consideró viable la creación de un museo del narco a fin de prevenir y poder alertar las consecuencias del incursionar en el mercado de las drogas. La pregunta obligada ¿Qué se pondría al museo?
Para muchos de los usuarios en las redes sociales el hacer un lugar así solo le brindaría un homenaje al narco y podría nublar la vista de los pequeños, para otros sin duda es algo que se puede intentar.
Si seguimos el ejemplo de Colombia donde se demolió el casco de la hacienda de Nápoles, lugar donde habitaba Pablo Escobar para evitar que se convirtiera en un centro de culto a esta actividad, definitivamente el camino a seguir no es el del alcalde.
En columnas anteriores he dedicado este espacio a explicar los diferentes colores del turismo, donde por cierta peculiaridad se explotan motivos de lugares donde pueden ser no muy gratos; como ejemplo le puedo mencionar la isla de Alcatraz o donde se asegura la presencia de seres de otro mundo, también sitios que fueron testigos de masacres dolorosas para la humanidad o lugares donde se cree hay restos de alienígenas. Sin dudarlo todo esta parafernalia funciona para la explotación del turismo y con seguridad, esto asegura la visita de los curiosos.
El dilema ético al cual nos enfrentamos en una situación así es si ¿Verdaderamente vale la pena hacer un lugar para enaltecer a los criminales más famosos de México? Como turistero le podría afirmar que podría funcionar como proyecto, como mexicano probablemente le comentaría que no es lo que más me gusta.
Sin duda esta clase de atractivos no suelen ser los mejores pero la curiosidad de la gente es mucha y los hace relevantes. Tristemente los acontecimientos diarios nos llevan a acostumbrarnos a situaciones fuera de lo común. Lo que no debemos de olvidar jamás es que por muy difícil que esté nuestra situación, no tenemos porqué vivir así; los valores y la educación son y deben ser la base de cualquier sociedad.
Si usted está de acuerdo en esta clase de atractivos no tengo inconveniente, si no lo está también, ya que el problema no está en nosotros, simplemente se encuentra en la educación y mentalidad de las personas que los visitan.
Como reflexión valdría la pena preguntarnos si nos vamos a enfocar en la maldad que actualmente reina en nuestra sociedad, ¿De qué haríamos museos en nuestros lugares de origen? Le aseguro que su respuesta a esta pregunta no es muy grata.
Debemos de seguir apostando por la educación ya que la ignorancia nos empuja a creer que la delincuencia sí funciona como un medio de vida, el problema es que si se accede a ésta, la podemos perder mucho más rápido de lo que nos esperamos.
Debemos de verlo como lo que es, una cuestión de enfoques. Solo me atrevería a sugerirle que lo derecho es lo que prevalece. Hasta la próxima.