La tristeza, la angustia o la ansiedad también detonan la obesidad
El hambre emocional, se puede identificar por la necesidad de comer por compulsión y no por necesidad fisiológica.
Algunas emociones como la tristeza, la angustia o la ansiedad pueden desencadenar un problema de sobrepeso y obesidad.
Esta conducta alimentaria es conocida como hambre emocional. Se puede identificar por la necesidad de comer por compulsión y no por necesidad fisiológica.
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De tal modo, que cuando esto se convierte en algo rutinario; se llegan a presentar graves consecuencias relacionadas a la obesidad.
No obstante, el médico psiquiatra Bernardo NG Solís; representante de la Asociación Psiquiátrica Americana ante la Asociación Psiquiátrica Mundial; señaló que en padecimientos como la depresión hay personas que tratan de compensar su falta de satisfacción de la vida a través de la comida.
Asimismo, explicó que la depresión afecta partes del cerebro que tienen que ver con funciones como el sueño, la alimentación y la energía.
“La persona no sabe por qué si ya comió tiene hambre, pero está deprimida. Ve un alimento y automáticamente lo come. Sobre todo carbohidratos”, señaló.
La tristeza, la angustia o la ansiedad también desencadenan la obesidad
Por otra parte, el psiquiatra señaló que algunos alimentos, en especial los carbohidratos, producen serotonina; un neurotransmisor que se emplea en medicamentos para controlar la ansiedad y la depresión.
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Es por eso, que muchas personas que viven con estas enfermedades encuentran en los alimentos un alivio momentáneo.
“La serotonina, cuando está a niveles normales, uno come, por decir, una dona; y sube la serotonina y da una sensación de placer y normalmente ahí le paramos.
Pero resulta que la persona que está cruzando cuadros depresivos o ansiosos debido a que tienen una baja serotonina; come de manera automática, aunque estén conscientes”, explicó.
Al respecto, el especialista aclaró la diferencia entre personas que su condición genética es obesa y las personas que han desarrollado sobrepeso y obesidad, ya sea por enfermedades metabólicas.
En este último caso refirió que hay un estado generalizado de inflamación en el cuerpo, incluyendo el cerebro, que puede repercutir en estados depresivos.
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Por otra parte, el médico psiquiatra Héctor Esquivias señala que, cerca de 60% de los pacientes con obesidad presenta trastornos depresivos y ansiosos.
Mientras que los datos de la OCDE colocan a México en el segundo lugar de las naciones con mayor índice de obesidad entre los países que conforman este organismo.