¿Y si se fusionarán?

Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.
Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.

Las alianzas electorales son estrategias probadas por los Partidos para potenciarse de manera temporal, pero no van más allá de la elección y por lo tanto no se coaligan para ejercer el poder.  Hay partidos que nacieron para aliarse con el que más ventajas pueda obtener, aunque no exista similitud o comunión con los programas … Leer más

Las alianzas electorales son estrategias probadas por los Partidos para potenciarse de manera temporal, pero no van más allá de la elección y por lo tanto no se coaligan para ejercer el poder.  Hay partidos que nacieron para aliarse con el que más ventajas pueda obtener, aunque no exista similitud o comunión con los programas de acción y los planteamientos ideológicos. Sin embargo las alianzas muestran resultados interesantes.

 

La pasada elección evidenció el desgaste de algunos partidos políticos, que no obstante que durante sus mejores años aportaron ideas, acciones y experiencias para construir las instituciones de la República y darle cauce democrático a la vida de los mexicanos, como el PRI y el PAN, durante la vida de ejercicio gubernamental se les fueron adhiriendo gentes que se hicieron de posiciones de poder sin cumplir sus postulados para beneficiarse y enriquecerse.

 

Eso hizo que la sociedad se alejara de ellos; que, especialmente el PRI, se fue convirtiendo en símbolo de corrupción, de desvergüenza, de amiguismo y de impunidad, a grado tal que muchos de sus miembros, hastiados, se fueron desprendiendo al ver el rumbo torcido que tomaron y las decisiones equivocadas en contra de los intereses generales de la población.

 

La reciente votación así lo confirmó. Pareciera que definitivamente la sociedad ya les perdió la confianza que alguna vez les tuvo. Sin embargo, algo que más o menos les dio oxigeno en el Congreso fue la alianza que lograron forjar, que tendría la encomienda de ser no sólo pasajera durante el proceso, sino que debería de durar consolidada durante los tres años venideros, para hacer un frente común no en contra del Presidente o de Morena, sino un frente que se convierta en interlocutor con la sociedad y con el Ejecutivo; que dé nuevas esperanzas, que construya nuevas prácticas, que sume sus buenas experiencias y evite los errores del pasado.

 

Bien podría ser que esta alianza se vuelva definitiva fusionando a los tres partidos aliados para dar cauce a un nuevo partido cuyos postulados sean entre otros, la honestidad, la legalidad, la democracia y el interés general.




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