Una lección con acción

Víctor Manuel Silva Galaviz.
Víctor Manuel Silva Galaviz.

Este viernes 30 de Abril se conmemoró una vez más el Día del Niño en nuestro país, fue la segunda ocasión que por causa de la actual pandemia no había clases presenciales y las escuelas estuvieron sin niños y niñas, pero no vacías; en la mayoría de los edificios de preescolar y primaria, tanto de … Leer más

Este viernes 30 de Abril se conmemoró una vez más el Día del Niño en nuestro país, fue la segunda ocasión que por causa de la actual pandemia no había clases presenciales y las escuelas estuvieron sin niños y niñas, pero no vacías; en la mayoría de los edificios de preescolar y primaria, tanto de sostenimiento público como privado ocurrió un fenómeno de manera natural y espontanea, los docentes adornaron las fachadas de las escuelas con colores hechos con papel de china, seguramente realizados con sus  propias manos, también se exhibieron ilustraciones con frases  invitando a regresar pronto a las aulas y que los alumnos serían bienvenidos, hubo hasta quienes regalaban un dulce o cualquier otro presente a todo niño o joven que transitaba por ese lugar, se hicieron caravanas en vehículos particulares, decorados para la ocasión con globos, flores de papel  y vivos colores.

¿Quién instruyó lo anterior?  ¿De dónde se asignaron los recursos económicos para tal algarabía? ¿Se les pagó extra a los docentes por el tiempo dedicado a realizar las manualidades y adornos? Seguramente nada de lo anterior se hizo con dinero público y si con mucho corazón, los docentes dan una muestra clara de que no están de brazos caídos esperando que pase solo el tiempo.

Este festejo abierto  y de cara a la sociedad nos recuerda que las escuelas reclaman ya a los alumnos de manera presencial y nos da cuenta del servicio al país que realiza todo profesional de la educación; dan ganas de gritar en cada escuela la gran frase ¡no están solos!, dirigida a: padres de familia, alumnos y maestros, ¡no están solos!, a:  las instalaciones,  que gente sin conciencia las ha vandalizado, ¡no están solos!, a:  los libros de texto a la espera de ser utilizados, respondidos y estudiados, ¡no están solos!, a: los salones que extrañan los gritos de alegría, preguntas y respuestas a coro, ¡no estás  solo!,  como cuando saludas en el aula y el eco de  los niños a coro en su ausencia te responde.

Que gran lección nos diste maestro este viernes a la sociedad, al enseñarnos una lección más, que tu trabajo sea valorado por esta sociedad apática al dar ejemplo hoy nuevamente de salir a la calle con la vocación del servicio a nuestros semejantes.




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