Sí cumple

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

¿Por qué supone usted que las palabras “sí cumple” podrían resultar ser un buen eslogan para un partido político?

¿Por qué supone usted que las palabras “sí cumple” podrían resultar ser un buen eslogan para un partido político? ¡Exactamente! Por que resulta ser que los políticos -y sus partidos- son el mejor ejemplo de poca o nula credibilidad.
Desde hace algunos días leí estas palabras en una pequeña mochilita que traía un señor, escritas debajo del logo de un partido político. Y de inmediato supe que tendría que compartir con usted una reflexión al respecto, y el día que escribo esta nota lo confirmé porque me encontré a otro señor con una mochilita igual. “Sí cumple”. Muy buena idea del publicista que la usó. Casi estoy escuchando su propuesta a la mesa directiva del partido: “miren, como ustedes los políticos son conocidos por no cumplir con sus promesas de campaña, vamos diciendo que nosotros sí cumplimos para que la gente vote por nosotros, al final que prometer no empobrece”.
El valor de la palabra de una persona nunca se había encontrado en niveles más bajos. ¿Usted recuerda cuando decíamos “te doy mi palabra”? Empeñar la palabra es un acto de una sola vez si no se cumple con lo que se promete. Por eso, cuando hacemos referencia a la confiabilidad de una persona decimos “mira, ese es hombre de palabra”: la empeña, cumple y la recupera. Así de sencillo. ¡Ah, pero hoy día cuántos abusan de eso! No alcanzaría el diccionario para dar cuenta de todas las palabras que han empeñado sin cumplir con sus promesas. Y lo peor es que andan por ahí como si nada, con la conciencia tranquila. Y déjeme decirle que la gran mayoría de ellos militan en algún partido político.
Dese usted cuenta de lo serio y valioso que es prometer algo o comprometerse a algo. Otras personas dependen de que usted cumpla con su cometido, y a veces no se tiene idea de lo importante que puede ser para ellas. Es decir, al hacer una promesa aquello se firma con sangre, no se vale andar jugando con los demás. El bienestar y quizás hasta la vida de alguien podrían llegar a depender de eso, así que nunca tome a la ligera cuando le diga a alguien “déjalo, yo me encargo” o ”cuenta con ello” y menos si lo hace como moneda de cambio para ganar algo para usted, como es el caso de los políticos, por ejemplo.
Es bien fácil bajarle a otro el sol, la luna y las estrellas, pero, ¿y luego? ¿O no me diga que a usted no le molesta cuando alguien incumple sus compromisos con usted? A nuestra sociedad le hacen falta más personas serias y menos de esas que saben muy bien dar atole con el dedo, no se convierta en una de ellas. Volverse confiable abre muchas puertas, créamelo. Demuestre su integridad cumpliendo en tiempo y forma con sus compromisos para que digan de usted “mira, ese SÍ CUMPLE”.

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